Generador de poemas sobre el dia internacional del chocolate
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Un dulce festejo que nos inspira
En un día tan especial, todo se transforma
De cacao a dulce almendra, se celebra la alquimia
Cuando el mundo entero festeja, no admira
Un elixir de amor y alegría, oh Divina Comedia.
La vida nos presenta áreas grises y sombrías,
Pero el dulce bálsamo del buen chocolate fusiona,
Los sabores amargos y dulces, en armonía,
Nos olvidamos del tiempo, de la zona.
¿Quién sería tan insensato de no amarlo?
Este placer universal, eterno, milenial,
Engalana esta vida con su sabor y calor.
Amantes del cacao, el día más mágico es hoy,
Del majestuoso árbol en la selva surge maravilla,
Latidos de felicidad, armonia y amor.
Celebremos todos juntos, cantemos gozosos,
Por cada rincón del planeta esta magia de serotonina,
El Día Internacional del Chocolate, quisimo.
Oh, dulce ambrosía
Que el mundo celebre en harmonía,
el Día Internacional del Chocolate,
esa exquisita, dulce y cremosa ricura,
que eleva al cielo como cometa al instante.
De la tierra del cacao, oh bendita fruta,
sobrevino el regalo que al paladar complace,
una gran obra de arte, capricho de la vida,
que en nuestras almas deleite abraza.
Al probar su suave y dulce encanto,
somos llevados a un mundo de fantasía,
donde se conjuran sueños y delicias,
que añaden brillo a nuestros días.
Oh, chocolate derretido y tentador,
acaricias el corazón y enciendes la pasión,
crisoles que revelan sentimientos,
más grande que la obra de Shakespear, tal legado!
Que nuestras vidas sean bendecidas,
por el Chocolate, en este día especial,
y que siempre nos inspire a compartir,
amor, dulzura y alegría sin igual.
En este Día Internacional del Chocolate,
brindemos por la eterna ambrosía,
que en nuestras bocas y almas perdure,
el dulce sabor del amor y la poesía.
El éxtasis del chocolate
Érase una vez un dulce ambrosía,
que al paladar entregaba alegría,
el divino placer del chocolate,
cuyo sabor nos lleva al delirar.
El Día Internacional él celebra,
a lo largo y ancho se llevan fiestas,
todos ríen, todos comen,
el chocolate, su estrella y su brillo.
En formas tan variadas nos llega,
regalo profético, tentación eterna,
blanco, negro, suave o agridulce,
unidos en dulces capas y cascadas.
A las montañas de Suiza nos lleva,
o a la selva amazónica nos invita,
pues esta semilla dorada y prodigiosa,
es herencia de dioses y antiguos ritos.
Nos otorgan salud y longevidad,
con antioxidantes vigorosos y sabios,
en sus entrañas poderosas lo hallamos,
masticamos los milagros con regocijo.
No hay remedio tal para el alma,
que una bondadosa taza de chocolate,
melodía de notas cálidas y perfumadas,
derritiendo angustias, silencio amargo.
Entonces, cantemos juntos su grandeza,
esta exquisita alegría de técnicos,
y recordemos siempre, en cada sorbo,
que el Día Internacional del Chocolate es un honor.
El canto del cacao
En el día del chocolate, celebremos con amor,
la alegría y dulzura que nos da su sabor.
Desde tierras tropicales, el cacao nació,
su fruto seductivo, nuestros corazones conquistó.
De arriba a abajo en montañas, el sol brillando en su flor,
el fruto sagrado, del árbol del cacao, su esplendor.
Las semillas doradas, tesoro escondido se convirtió,
en la substancia divina, a la cual «chocolate» le llamó.
Los aztecas lo bebían, un elixir amargo y oscuro,
guiados por Quetzalcóatl, con su sabiduría un muro.
Europeos llegaron, cambiaron su forma con su tacto,
nuevas recetas surgen, nace el chocolate más amado.
Con leche, con almendras, con avellanas y más,
el chocolate se alza, conquistando paladares sin cesar.
Miles de años perduran, y nunca dejará de ser,
la golosina más preciada, en la que nos refugiamos al caer.
Oh, chocolate oscuro, leche y blanco, trilogía perfecta,
dulces notas que rondan, en una sinfonía secreta.
En este día del chocolate, dejemos que su armonía nos eleve,
celebremos la alegría y la magia, que en nuestros corazones siembre.
Al dulce aroma del cacao
En el Día Internacional del cacao quise rendir
un homenaje al grano que nunca conocí,
que nace en selvas tropicales con el sol al alba
y nos regala el chocolate, tan dulce y sin igual.
Pues, aunque no fuera de mi tierra te vi crecer,
en la mesa siempre encuentras un lugar muy especial
y es que tus semillas asadas, fermentadas y molidas
forman el cacao, ese polvo de aroma ancestral.
Bebida de los dioses, el chocolate siempre ha sido
un regalo celestial, un manjar al paladar,
al conquistar Europa desde Mesoamérica antiguo
su sabor opulento, causó asombro y enredijar.
Qué maravilla es probar en piezas, líquido o trufa
el sabor de chocolate que no tiene rival,
despierta los sentidos, inunda de ánimos y esmero
y alegra nuestros corazones, nobleza en su bondad.
Y en este Día Internacional del Chocolate viemos honrar
la tradición del cacao, su origen y su expansión,
qué grande es ese árbol que da dulzura para abrazar
y unir a tantas personas en un mundo de sabor.
Celebremos esta fecha a su riqueza sembrando,
a las manos de quien siembra, recolecta y convierte,
a todos los que hacen realidad el dulce encuentro
de saborear el chocolate y volar en sus aviones.