Cinco Poemas de Amor sobre París

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Paris, la ciudad del amor

Entre las sombras de sus calles,

donde el río Sena fluye,

se despierta un encanto,

París, ciudad de los corazones en la plenitud.

En los puentes de hierro forjado,

donde los amantes se encuentran,

el amor se entrelaza entre las almas,

y los suspiros se dejan ver.

Los cafés en Montmartre,

refugio de poetas y artistas al compás,

testigos mudos de historias de amor,

como una melodía que no se quiere terminar.

Los jardines de Versalles,

donde los enamorados caminan de la mano;

y bajo los arcos de la Torre Eiffel,

los besos flotan en el aire parisiense.

París, tesoro de la pasión,

con sus avenidas ornamentadas,

las luces brillan como estrellas,

iluminando los sueños de una noche de amor.

Los susurros de Notre-Dame,

se mezclan con las risas de los enamorados,

y en el arte del Louvre,

se encuentran las miradas que nunca se olvidan.

París, eterna musa del romántico,

con sus rincones de ensueño,

donde el amor se viste de poesía,

y los corazones laten al ritmo de la ciudad.

Así es París, un lienzo de amor,

donde los amantes encuentran su hogar,

y en cada rincón de esta ciudad,

se escribe una historia de amor sin igual.

Paris, la ciudad del amor

En la hermosa ciudad de París,

donde el amor flota en el aire,

dos almas se encuentran y se cruzan,

como los ríos Sena que se entrelazan.

Bajo el cielo estrellado de París,

las luces brillan como fuego,

y los enamorados se abrazan,

mientras caminan de la mano, sin miedo.

En los jardines de Luxemburgo,

los suspiros se vuelven canciones,

y los corazones laten más fuerte,

entre las calles empedradas y colores.

La Torre Eiffel, majestuosa y alta,

testigo de promesas imborrables,

los amantes se juran amor eterno,

en lo alto, donde las nubes son estables.

Las calles de Montmartre se llenan,

de besos robados y miradas intensas,

y en cada café, se dibuja el amor,

en las tazas de café y en cada mesa.

París, la ciudad de los enamorados,

donde los sueños se hacen realidad,

nuestro amor es eterno como el Louvre,

un tesoro que nadie podrá robar.

Así, en París, nuestro amor florece,

como las rosas en los jardines,

y nuestros corazones danzan,

al ritmo de las luces y sus confines.

En París, mi amor, encontré mi hogar,

donde juntos construimos nuestra historia,

y a cada rincón le dimos vida,

con nuestra pasión, amor y euforia.

París, ciudad del amor sublime,

donde nuestras almas siempre brillarán,

porque en tus calles nos encontramos,

y en tu abrazo, para siempre descansarán.