Generador de poemas narrativos para ninos
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El sueño mágico
Había una vez en un lejano lugar,
un niño llamado Lucas, siempre a soñar.
Su imaginación le llevaba a volar,
por mundos fantásticos, sin parar.
Una noche, al cerrar los ojitos,
Lucas se encontró con seres tan bonitos.
Hadas y duendes, alegres juguetones,
lo invitaron a un viaje en sus aviones.
En un abrir y cerrar de ojos,
se encontró en un bosque colorido y hermoso.
Árboles gigantes y flores de ensueño,
le sonreían al niño con gran empeño.
Entre risas y cantos, Lucas siguió su camino,
y encontró una cueva, con un tesoro escondido.
Era un libro gigante lleno de historias,
que al abrirse, le mostraban glorias.
De repente, estaba en un barco pirata,
navegando por mares llenos de plata.
Con valentía, se enfrentó a un temible capitán,
y ganó la batalla con astucia y afán.
En otro relato, estaba en un castillo mágico,
con princesas y caballeros llenos de encanto.
Ayudó a rescatar a la princesa en peligro,
y celebraron con un festín y un abrigo.
Así, Lucas viajó por historias sin fin,
siendo el héroe en cada confín.
Disfrutando de aventuras sin igual,
en su mundo de sueños, tan especial.
Y cuando el sol asomó por la ventana,
Lucas despertó con una sonrisa temprana.
Recordando cada historia y cada personaje,
agradeciendo al sueño su mágico viaje.
El tesoro escondido
Había una vez en un lejano lugar,Un grupo de amiguitos a jugar,Explorando el bosque misterioso,Buscando un tesoro, tan valioso.
Con valentía y mucha ilusión,Caminaban por esa inmensa extensión,Entre árboles altos y hojas cayendo,El viento susurra, ellos risueños.
Siguiendo un mapa antiguo y amarillento,Los niños iban con paso lento,Saltando charcos, sorteando piedras,En busca de algo que cambiaría sus vidas enteras.
Después de horas de caminar sin descansar,Encontraron una cueva al final del lugar,El corazón latía con fuerza y pasión,Estaban cerca, se sentían en acción.
Pero en la entrada un guardián apareció,Un lindo conejito que les dijo: "No paséis, peligro hay aquí",Nuestros amigos, con astucia y amor,Le mostraron su amistad, y el conejo les dijo que sí.
Dentro de la cueva, brillaba una luz,Era el tesoro que buscaban, era la cruz,Hecha de plata con piedras preciosas,Era el símbolo de la amistad y cosas bondadosas.
Los niños entendieron su verdadero valor,El tesoro no era una moneda o un resplandor,Era el amor entre ellos, la unión,Lo más valioso y poderoso para cualquier corazón.
Así, nuestros aventureros regresaron,Llenos de alegría y su amistad enlazaron,Nunca olvidarán aquel momento,El tesoro que encontraron en su propio aliento.
El sueño de las estrellas
Había una vez, en una noche sin igual,
un sueño maravilloso que quiero contar.
Un niño llamado Juan, con ojos de brillar,
soñaba con un viaje al lejano y vasto estelar.
Las estrellas lo llamaban con su destello lunar,
le susurraban secretos al decírselo al azar.
Juan escuchaba atento, sin parpadear,
pues en ese sueño encantado no dejaba de imaginar.
Una noche especial, cuando el cielo cobró vida,
Juan subió a una nave espacial, con gran alegría.
Aventuras intergalácticas, llenas de magia y emoción,
lo esperaban en cada parada de su intrépida misión.
El niño viajero descubrió mundos nuevos sin parar,
conocía a extraterrestres con quienes jugar.
Juntos surcaron el espacio, entre risas y diversión,
y aprendió que el universo es fuente de inspiración.
De vuelta en su habitación, al amanecer brillante
Juan despertó, con el corazón palpitante.
Recordó su aventura, los amigos que tuvo cerca,
y decidió que seguiría soñando, con cada estrella.
Porque en cada brillo celeste hay un mundo singular,
lleno de fantasía y misterios por desvelar.
Juan siguió soñando, inspirado por la gran verdad,
que la magia existe, si en los sueños uno quiere habitar.
El viaje del pequeño explorador
Había una vez un niño curioso, de ojos brillantes y alma aventurera,que soñaba con descubrir el mundo y en cada esquina encontrar una nueva quimera.
Con un mapa lleno de sueños y una brújula en su corazón,se aventuró en un viaje lleno de emoción.
Empacó su mochila con todo lo necesario,su gorra, su linterna y el libro de los cuentos legendarios.
En su barco de papel, surcó mares de imaginación,con su perro fiel como único compañero de expedición.
El niño navegaba ríos de palabras y océanos de colores,descubriendo secretos entre valles y flores.
Hasta que llegó a una isla con cascadas y palmeras,donde los animales hablaban y las plantas eran verdaderas hechiceras.
Allí conoció a un mono que le contó sus historias,y a una tortuga sabia que le enseñó valiosas lecciones de vida.
En su viaje, saltó en los charcos de la lluvia,conoció a una lechuza sabia que siempre le decía:
"El mundo es un universo lleno de misterio,solo aquellos que se atreven, encuentran el tesoro necesario."
El pequeño explorador, lleno de alegría,siguió su camino sin importarle el día a día.
Y así, entre montañas y desiertos, siguió su travesía,siempre con el sueño de descubrir nuevas maravillas.
Y aunque su camino nunca tuvo un final,el pequeño explorador siempre supo que su viaje fue especial.
Pues en cada paso que dio, aprendió a disfrutar,cada instante en el que su imaginación se dejaba llevar.
Y así, el niño creció, pero el espíritu aventurero nunca desapareció,siempre llevando consigo el mapa y la brújula del corazón.
Y en sus sueños, aún viaja a aquellos lugares mágicos,donde la imaginación es el barco y los cuentos son sus amigos.
El valle de las mariposas
Había un valle encantado en un lugar lejano,donde las mariposas volaban sin parar,brillando en colores vibrantes con gran fulgor,era un espectáculo que nadie podía ignorar.
En ese hermoso valle vivía una pequeña niña,llamada Sofía, de cabellos dorados como el sol,con ojos azules que reflejaban la alegría,y una sonrisa que alegraba al corazón.
Un día soleado, Sofía se aventuró al valle,deseando ver de cerca a las mariposas danzar,con su cesto en mano, decidió recolectar,las maravillosas alas que podrían encontrar.
Corrió y corrió persiguiendo a las mariposas,ellas revoloteaban sin dejarse atrapar,entre risas y risas, Sofía no se cansaba,de intentar capturar su vuelo celestial.
De pronto, una mariposa posó en su nariz,y Sofía, con cuidado, la miró detenidamente,era una mariposa de color rojo carmesí,que brillaba como un rubí reluciente.
La mariposa habló con una dulce voz,"Sofía, no me atrapes, déjame volar","en el valle encantado, mi hogar es este","y mi belleza, debes admirar sin llevar".
Sofía, sorprendida, bajó su cesto al suelo,y dejó que la mariposa volara hacia el cielo,con sus alas batiendo, en un vuelo sereno,la mariposa desapareció entre los jardines bellos.
Desde ese día en adelante, Sofía comprendió,que las mariposas eran libres y debían volar,en el valle encantado, su hogar y su tierra,donde su belleza brillaba sin cesar.
Así, Sofía se convirtió en defensora de la naturaleza,cuidando las mariposas y su hogar sin igual,y en cada puesta de sol, al contemplar su grandeza,agradecía al valle por la lección que pudo aprender.
El tesoro perdido
Había una vez, en un lejano lugar,un valiente niño llamado Julián,que soñaba con aventuras sin parar,y un misterioso tesoro encontrar.
Con su fiel amigo, el perro Pancho,empezaron su aventura de ensueño,siguieron un mapa antiguo y añejo,que encontraron bajo un arco de arce.
Cruzaron ríos, caminaron montañas altas,pasaron por cuevas oscuras y vastas,hasta que un día encontraron una llave,que abriría la puerta a la esperada clave.
Siguiendo la pista de la llave dorada,llegaron a un bosque de sombras encantadas,donde un duende les habló en susurros,y los guió hacia el escondite de oro.
Encontraron el tesoro, brillante y brillante,con monedas de oro y joyas radiantes,fue un momento de pura alegría y emoción,¡Habían cumplido su mayor ilusión!
Julián y Pancho volvieron a su hogar,y compartieron su riqueza sin cesar,el tesoro les enseñó a ser generosos,y a valorar lo que tienen, valioso.
Desde aquel día, cada noche estrellada,Julián y Pancho recordaban la travesía,y agradecidos por la hermosa aventura,soñaban con nuevos viajes y aventuras.
El viaje del gatito aventurero
Había una vez un gatito llamado Mimoso,
que soñaba con aventuras y viajar al cosmos.
Sus ojitos brillaban llenos de ilusión,
por descubrir mundos nuevos con su exploración.
Un día, Mimoso decidió emprender su viaje,
con su mochila llena y su sombrero beige.
Subió a un cohete hecho solo para gatos,
y voló por el universo, felino de acrobacias y saltos.
Primero llegó al planeta del algodón de azúcar,
donde los árboles eran dulces y el viento un susurrar.
Mimoso saltaba de nube en nube, muy contento,
probando los mejores algodones que había en el viento.
Luego, llegó a un planeta lleno de juguetes gigantes,
donde siempre se jugaba como unos elefantes.
Mimoso se divirtió entre toboganes y balones,
corriendo y riendo con otros gatitos sin bastones.
Siguieron los viajes, uno tras otro sin cesar,
Mimoso visitaba planetas llenos de asombro y paz.
El planeta de los libros tenía muchas historias,
y el del arcoíris era un festín de colores en sus memorias.
Después de tanto explorar, Mimoso decidió regresar,
con su mochila llena de recuerdos para recordar.
El viaje había sido mágico, un sueño hecho realidad,
y Mimoso se dio cuenta de lo feliz que estaba, de verdad.
Así termina la aventura del gatito viajero,
que eligió explorar el universo entero.
Y aunque regresó a casa, su espíritu quedó cautivo,
porque en cada sueño, Mimoso sigue siendo un gran cativo.
El sueño del arcoíris
Había una vez un arcoíris,con colores tan brillantes,que en el cielo aparecía,tras las lluvias constantes.
Sus colores se deslizaban,en un arco de ensueño,y los niños sonreían,al verlo tan pequeño.
Un día el arcoíris decidió,cumplir su más profundo deseo,de bajar a la tierra y jugar,con los niños en el recreo.
Bajo su exitante promesa,los niños lo esperaron con ansia,hasta que en el parque, un arco se formó,y el arcoíris bajó con elegancia.
Los niños corrieron y se llenaron de júbilo,al ver al arcoíris en el suelo,cada color tenía su propia magia,y los juegos se volvieron un duelo.
El rojo traía fuego y pasión,y llenaba a los niños de energía,el azul trae calma y tranquilidad,y todos descansaron con alegría.
El verde traía la esperanza,y creaban jardines con colores,el amarillo, sabiduría y felicidad,y cantaban las más dulces canciones.
El arcoíris y los niños jugaban,hasta el último rayo de sol,hasta que el cielo se oscurecía,y el arcoíris se despedía con dolor.
Antes de regresar a su lugar en el cielo,el arcoíris hizo una promesa a los niños,que volvería cada vez que lloviera,y juntos crearían nuevos caminos.
Y así fue como el arcoíris,se convirtió en amigo de los pequeños,les regaló horas de diversión y risas,y se convirtió en su eterno dueño.
El sueño de la mariposa
Había una vez, en un jardín encantado,
Una mariposa, de colores brillantes,
Que soñaba con volar por los campos,
Jugando entre flores, esquivando gigantes.
Un día de primavera, el sol le habló:
"Pequeña mariposa, tu sueño cumplirás,
Te daré unas alas, delicadas y bellas,
Para que puedas volar y disfrutar".
La mariposa emocionada, voló hacia el cielo,
Danzando entre nubes, sintiendo la libertad,
Bailaba con las aves, jugaba con el viento,
Su sueño de volar, se hizo realidad.
Recorrió montañas, ríos y prados,
Visitó diferentes tierras, conoció otros seres,
Y en cada lugar dejaba su marca,
Dibujando sonrisas en todos los seres.
Un día, al atardecer, cansada descansó,
Y mirando las estrellas, se puso a pensar,
En el sueño cumplido y en su vida vivida,
En todo lo que pudo disfrutar.
El viento le susurró, con suave voz:
"Pequeña mariposa, tu misión has cumplido,
Has llevado alegría, amor y color,
A todos los corazones que has conocido".
La mariposa sonrió, feliz y agradecida,
Por haber podido volar y compartir su luz,
Supo que su misión había sido cumplida,
Y en el corazón de todos fue un refugio de paz.
Y así, la mariposa siguió su vuelo,
Dejando su rastro de magia y amor,
En cada niño que miraba al cielo,
Sueñando con volar como ella voló.
El tesoro perdido
Había una vez en un lejano pueblo,
donde el sol brillaba con mucho orgullo,
un valiente niño llamado Juanito,
que siempre soñaba con hallar un tesoro escondido.
Una noche estrellada, Juanito decidió partir,
con una linterna y un mapa en su mano a dirigir,
por los oscuros bosques y desiertos sin fin,
en busca del tesoro que le haría feliz.
Caminó y caminó por horas sin descansar,
superando montañas y ríos, sin temblar,
hasta llegar a una cueva muy profunda y misteriosa,
donde suponía que estaba la tan anhelada cosa.
Entró en la cueva sin titubear,
y con valentía empezó a explorar,
entre piedras y telarañas, sin cesar,
con la esperanza de su fortuna encontrar.
De repente, una luz brilló en su camino,
era un cofre antiguo, lleno de brillo divino,
en su interior, oro, joyas y diamantes pudo ver,
el tesoro más hermoso que pueda haber.
Con una sonrisa en su rostro y lágrimas de felicidad,
Juanito disfrutó de su gran hallazgo sin igual,
pero sintió en su corazón que era momento de regresar,
compartiendo su tesoro con el pueblo y su amada ciudad.
Y así, el valiente Juanito volvió al pueblo con gloria,
el tesoro perdido se convirtió en una historia,
recordando que la verdadera riqueza está en compartir,
no importa cuán grande sea, solo amar y sonreír.
Lee estos Poemas Narrativos para Niños creativos
Y las noches se llenaron de estrellas
Érase una vez una tierra
Donde a todos los niños les encantaba jugar
Y su risa se podía escuchar
Por millas y millas alrededor
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Y las noches se llenaron de sueños
De todas las cosas maravillosas
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Y las noches se llenaron de estrellas
Y cada día era un nuevo comienzo
Por los hijos de esta tierra
Rubén Suarez
Donde siempre brillaba el sol
Érase una vez,
Había una tierra lejana,
Donde siempre brillaba el sol,
Y la gente siempre estaba feliz.
Esta tierra fue llamada la Tierra de las Historias,
Y era un lugar donde todo era posible.
La gente de esta tierra siempre contaba historias,
Y los niños escuchaban con los ojos muy abiertos.
Oirían cuentos de dragones y caballeros,
De princesas y criaturas mágicas.
Y los niños soñarían con el día en que pudieran emprender sus propias aventuras.
Un día, un grupo de niños emprendió un viaje,
Para explorar la Tierra de las Historias.
Tuvieron muchas aventuras en el camino,
E hizo nuevos amigos en el camino.
Reían y bailaban y cantaban,
Y nunca tuvieron miedo.
Los niños finalmente llegaron al final de su viaje,
Y todos vivieron felices por siempre.
Dante Escobar
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Una historia, ella sabe
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En medio de la acción
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La misma magia que ella sintió
Ahora, cada vez que escucha
Una historia, ella sabe
Que ella puede crear su propia
Y así fue como ella se convirtió
un poeta famoso
Melvin Sancho
y hacer creer
Érase una vez
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y hacer creer
una tierra donde
todo era posible
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una tierra de
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de Poemas Narrativos para Niños
Brunilda Bravo
Solo por creer en ellos mismos
(Poemas narrativos para niños)
Érase una vez una tierra
De fantasía y magia
Donde los sueños se hicieron realidad
Y la risa de los niños llenó el aire
Esta era una tierra de felicidad y amor.
Una tierra donde la imaginación se desbocó
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Solo por creer en ellos mismos
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O nadar como un pez
podrían hacerlo
En esta tierra todo era posible
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Porque sabían que todo lo que podían soñar
podría hacerse realidad
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En su tierra de fantasía y magia
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Brais Pons