5 Poemas de Bonitos

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Un poema de bonitos

En el jardín de los sueños encantados,

donde las flores son suspiros perfumados,

nacen los bonitos, criaturas aladas,

colores vibrantes en tierras encantadas.

Vuelan con gracia en el cielo azulado,

dejando estelas de amor dibujado,

en sus alas llevan esperanza y alegría,

que contagian a quienes los ven cada día.

De colores brillantes y formas únicas,

los bonitos nos regalan su música,

danzan entre flores con delicadeza,

una sinfonía de amor y belleza.

Entre mariposas son los más hermosos,

su presencia en el aire es como un gozo,

nos inspiran con su gracia y esplendor,

enseñándonos que el amor es el valor.

En cada rincón de la naturaleza,

en los bosques, montañas y praderas,

allí se esconden los bonitos en vuelo,

regalándonos un sueño hecho de cielo.

Así, en este poema les rendimos honor,

a esos seres mágicos que adornan el sol,

los bonitos, criaturas de pura emoción,

inspiración eterna de la creación.

Un recuerdo bonito

En el jardín de mi mente,florecen recuerdos bonitos,como rosas multicolores,que pintan mis pensamientos.

Recuerdo aquel atardecer,donde el sol y el mar se encontraban,las olas bailaban al compás del viento,y tus ojos, mi corazón robaban.

La brisa acariciaba nuestros rostros,mientras nuestras manos se entrelazaban,un susurro de amor pronunciado en silencio,construyendo sobre sueños que nunca se apagan.

Cada palabra era un tierno suspiro,cada mirada, un dulce roce infinito,y en cada risa compartida,encontrábamos un eterno cariño bendito.

Los días pasaban fugaces,y el tiempo se hacía presente,pero cada segundo juntos,era una eternidad que no se detiene.

Hoy esos recuerdos se aferran a mi piel,como tatuajes indelebles de aquel bonito ayer,pero aunque el tiempo pase y los años nos separen,en mi corazón siempre estarás, sin desvanecer.

Porque los recuerdos bonitos,son como rayos de sol en los días grises,nos regalan la fuerza y la esperanza,de encontrar la felicidad en lo que el amor nos dice.

Un poema de bonitos

En el jardín de la vida, florecen los bonitos,

con sus colores vibrantes y destellos infinitos.

Rebosantes de dulzura, alegran el corazón,

con su delicadeza y suave canción.

Como pequeños tesoros, danzan en el viento,

llenando el aire de encanto y contentamiento.

Sus pétalos perfumados, en suaves caricias se deslizan,

y en cada mirada, una sonrisa eterna eternizan.

Son como rayos de sol en un amanecer,

iluminando cada rincón, haciendo renacer.

Su belleza es un regalo, un don de la naturaleza,

un recordatorio de la gratitud y pureza.

En su danza silente, nos enseñan importante lección,

a apreciar los detalles, a encontrar la pasión.

Pues en su humildad, se revela la grandeza,

de lo sencillo y hermoso, que nos rodea con franqueza.

Así que celebremos a los bonitos, con admiración,

porque en su fragilidad, encuentran la perfección.

En cada petalito, en cada brillo delicado,

se esconde un mundo mágico, un sueño realizado.

Rosas y margaritas

En el jardín de mis sueños,
las rosas y margaritas florecen.
Sus pétalos acarician el viento,
y su aroma aviva mis sentidos.

Las rosas, de colores vivos,
parecen pequeños fuegos encendidos.
Sus espinas son cautelas del amor,
que protegen su belleza con fervor.

Las margaritas, tiernas y sencillas,
son espejos del alma que destilan.
Su centro amarillo, un sol de esperanza,
ilumina mi camino con confianza.

Rosas y margaritas, un abrazo divino,
un ballet de amor y colores en el camino.
Susurran secretos al viento que pasa,
y con su belleza, mi corazón abrazan.

En este jardín de ensueño perenne,
rosas y margaritas, amor que sostiene.
Cada día renacen en mi interior,
brindando alegría y amor sin cesar.