Cinco Poemas sobre la Ingratitud

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Ingratitud

Entre las lágrimas y tristezas,se alza la sombra de la ingratitud,un dolor que arde en la conciencia,y consume los sueños en plenitud.

El corazón que ha dado amor,ahora ve cómo se desvanece,la luz que irradiaba con ardor,es ensombrecida por la indiferencia.

Una mano que se extiende sin razón,es ignorada, despreciada sin piedad,la ingratitud como un cruel vendaval,devorando la gratitud con fervor.

¿Por qué olvidar los gestos amables,los favores recibidos con gratitud?,esos instantes llenos de desvelos,que ahora se sumergen en la inquietud.

La ingratitud, vil enemiga del alma,carcome los cimientos del afecto,bajo su manto oscuro y frío,la lealtad se convierte en un reflejo.

Pero por más que la ingratitud lastime,no renunciemos a amar ni a dar,por cada herida que a nuestro corazón prive,habrá un alma agradecida para sanar.

Dentro de la ingratitud germina el perdón,una semilla que puede florecer,desde lo más profundo del corazón,construyendo un camino hacia el renacer.

Así, perseveremos en la bondad,aunque la ingratitud nos apague un sol,manteniendo el amor como eternidad,y enriqueciendo el mundo con nuestro rol.

La Ingratitud

La vida es un regalo, una bendición divina,
Llena de momentos hermosos y de alegrías sin medida.
Pero en este vasto mundo, también existe una sombra,
La ingrata y fría ingratitud que a veces nos asombra.

Despertamos cada día con un sol que nos acaricia,
Con los seres que amamos y a los que apreciamos en nuestra vida.
Les entregamos nuestro amor sin esperar nada a cambio,
Pero cuando llega el momento, su gratitud se desvanece, ¡es todo un desengaño!

Esos corazones ingratos que no valoran nuestras acciones,
Que olvidan los favores y nos tratan con desprecios y traiciones.
Nos quedamos perplejos, sin entender qué hemos hecho mal,
¿Acaso merecemos la indiferencia después de tanto dar?

Pero no hay que perder la fe ni caer en la tristeza,
La ingrata ingratitud no merece nuestra nobleza.
Caminemos con la cabeza en alto, con dignidad y honor,
Y dejemos que el universo juzgue y premie cada acción.

No guardemos rencor ni permitamos que nos consuma,
La ingratitud es una prueba que el destino nos suma.
Sigamos siendo generosos y extendiendo nuestra mano,
Porque el valor del dar reside en nosotros, y no en el ingrato gusano.

Recordemos que la gratitud es un don que no todos tienen,
Y que aquellos que lo carecen, viven en un mundo sin brillo ni ajeno.
Que nuestro acto de amor sea suficiente para encontrar la felicidad,
Y que la ingratitud solo sea una lección aprendida en la eternidad.

Ingratitud

En el vasto mundo de los corazones,donde caminan los anhelos y emociones,se encuentra la ingrata y traidora ingratitud,una herida que hiere con gran magnitud.

Como un enigma oscuro y despiadado,la ingratitud se esconde en lo no esperado,llega como un gélido viento sin aviso,destruyendo la confianza y el paraíso.

A quien brindamos amor y compasión,infunden dolor y desolación,olvidando los gestos de amabilidad,como si nada valiera su lealtad.

Es un lamento silencioso y profundo,que envenena hasta el alma más fecunda,roba la esperanza y el noble ser humano,dejando una herida que siempre será en vano.

El ingrato no sabe lo que ha perdido,ignora el amor y lo deja desprendido,no aprecia el esfuerzo ni la entrega sincera,solo busca su propio beneficio y quimera.

Es difícil entender y aceptar,cómo alguien puede así actuar,pero en el sendero de la vida debemos recordar,que habrá ingratos que nunca sabrán amar.

Pero no permitamos que esa amargura nos invada,que la ingratitud nuble nuestra mirada,seamos seres nobles que sigan brindando,amor y compasión, sin esperar nada.

Porque aunque existan los ingratos en el camino,nuestra generosidad no debe tener destino,el amor verdadero nunca se agota,nos enriquece el alma y nos hace más fuertes en toda derrota.

La Ingratitud

En el sendero de la vida, en ocasiones,

nos encontramos con aquellos ingratos;

que sin razón ni motivo, sin explicaciones,

olvidan nuestra ayuda y buenos tratos.

Ay, ingratitud cruel, ardiente y despiadada,

que hiere el corazón con afiladas espinas;

que llena de amargura el alma desolada,

y envenena el amor con lágrimas y ruinas.

Quien en su momento extendió su mano,

quien dio consuelo y amistad sin medida;

ahora es olvidado, como si fuera extraño,

y se pierde entre la indiferencia y la huida.

¿Por qué el ser humano puede ser tan ingrato?

¿Por qué olvidamos fácilmente los favores?

Es un misterio que no comprendo ni barato,

la ingratitud, sin duda, no tiene colores.

Pero a pesar de todo, no perdamos la fe,

en aquellos seres que nos apoyan sinceros;

sigamos dando amor, sin esperar recibir, tal vez,

porque en la ingratitud, solo ellos son los perdedores.

Ingratitud

En el vasto universo de los sentimientos,existe una sombra que oscurece el amor,un veneno que corroe los corazones,es la ingrata ingratitud que a todos nos rodea.

A veces damos lo mejor de nosotros,entregamos nuestro ser sin esperar nada,nos sacrificamos por el bien de los demás,y en respuesta solo recibimos desdén.

Esas palabras dulces que pronunciamos,las acciones amables que realizamos,son denigradas, olvidadas, menospreciadas,y en su lugar se erige un muro de indiferencia.

La ingratitud, ese monstruo sin rostro,nos hiere en lo más profundo de nuestra alma,nos hace replantear si vale la pena amar,si debemos seguir brindando sin recibir.

Pero a pesar de la ingratitud que nos rodea,en nuestro corazón sigue latiendo la nobleza,un rayo de esperanza ante este oscuro panorama,pues el amor verdadero no conoce barreras.

Así que sigamos amando, a pesar de todo,no permitamos que la ingratitud nos consuma,pues ser agradecido es un don que pocos poseen,y en ese don encontraremos nuestra fortaleza.

Mantengamos la fe en la humanidad,que la ingratitud sea solo una sombra pasajera,y recordemos que al final del día,un corazón lleno de amor es la mayor recompensa.

La Ingratitud

En el oscuro rincón de la tristeza,
se esconde un sentimiento de cruel vileza.
La ingrata ingratitud que hiere sin piedad,
dejando cicatrices en el alma en soledad.

Como un golpe de espada atronador,
la ingratitud se clava con fervor.
En los momentos de luz y bonanza,
se desvanece la gratitud en una danza.

¿Acaso es tan difícil ser agradecido?,
pregunto desde el abismo conmovido.
El corazón se rompe en mil pedazos,
con cada acto ingrato de aquellos que amamos.

La ingratitud es un veneno sin remedio,
que corroe los lazos con su fuego.
Dejando tras de sí un sabor amargo,
y el profundo vacío de un gesto falto.

En medio de la oscuridad más profunda,
resiste la gratitud con fe rotunda.
Aunque el ingrato no merezca más que olvido,
la bondad persevera, sin ser extinguida.

Así que, en este mundo ingrato y duro,
cultivemos la gratitud con seguro.
Porque solo el amor y el agradecer,
podrán cambiar el curso de nuestra piel.

La Ingratitud

Como una sombra oscura en el corazón,

Se esconde la ingrata, sin compasión.

A veces me pregunto, ¿cómo puede ser?

Que alguien tan cruel pueda prevalecer.

La ingratitud es un veneno letal,

Que envenena amores y sueños sin igual.

Es como un cuchillo afilado en el pecho,

Que hiere y deja un dolor tan deshecho.

Quien recibe sin dar nada a cambio,

Es un ser desalmado y sin encanto.

No valora el amor ni el esfuerzo sincero,

Y deja en el alma un vacío tan aguadero.

Poetas han escrito maravillas sin fin,

Sobre la ingratitud y su eterno desdén.

Pero yo te digo, no sucumbas al pesar,

Porque en la vida siempre habrá un nuevo amar.

No dejes que la ingratitud ciegue tu luz,

Porque el verdadero amor nunca se reduce.

Ponte de pie, con valentía y coraje,

Y sigue amando, sin importar el desaire.

Ya que el amor de verdad nunca es en vano,

Aunque algunos sean ingratos y dañinos.

Sigue siendo noble, sigue siendo fiel,

Porque el amor real siempre será tu sello.

Ingratitud

En el jardín de la vida, sembré la semilla de la bondad,con afecto y sacrificio, la cuidé con ternura y verdad.Pensé que florecería, regalando belleza y felicidad,pero me encontré con la ingrata realidad.

Como un vendaval de emociones, llegó la ingratitud a mi puerta,rompiendo corazones y dejando toda ilusión desierta.Ignorando las muestras de amor y gratitud sincera,se llevó consigo la alegría y la primavera.

El ingratitud huracán, todo a su paso destruyó,pisoteando los lazos que tanto esfuerzo construyó.Como puñal en el alma, dejó su marca de desdén,ignorando todo lo bueno y fomentando el desdén.

Pero a pesar de la ingratitud, no perderé mi esencia,seguiré sembrando semillas con amor y paciencia.Porque donde habita la maldad, también existe la bondad,y en medio del desprecio, hallaré mi felicidad.

Puedes ser ingrato, pero yo seré leal y fiel,aprendiendo de la ingratitud, creceré como un roble.No permitiré que el desprecio consuma mi ser,porque sé que la ingratitud es una sombra efímera y ayer.

Así que sigamos sembrando semillas de bien,ignorando la ingratitud, siendo luz en medio del desdén.Que aunque nos duela el alma y nos rompa el corazón,nunca dejemos de ser personas llenas de compasión.