Cinco Mejores Poemas sobre Anubis

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Anubis, el guía de las almas

Oh, Anubis, Señor de los muertos,Eres el guardián de los secretos,Con tu cabeza de chacal,Guias las almas al más allá.

Bajo la luz de la luna,Recorres las dunas,Acompañando a los fallecidos,En su viaje sin sentido.

Tus ojos vigilantes,Observan a los caminantes,Los acompañas con amor,En su travesía de dolor.

Justo y sabio eres, Anubis,Con tu balanza mides,El peso de los corazones,Decidiendo sus destinos.

En tu morada eterna,Guías el alma externa,Hacia Ammit, la Devoradora,O hacia la tierra imperecedora.

Oh, Anubis, ser divino,Tu presencia en el camino,Nos ofrece consuelo y guía,En nuestra propia travesía.

En el reino de Osiris,Donde los espíritus eligen,Sigues siendo nuestro líder,El gran protector de los perdidos.

Anubis, tu legado perdura,En nuestra propia aventura,En nuestra vida terrenal,Llevamos tu esencia celestial.

Anubis, guardián de las almas

Oh, Anubis, señor de las tierras sagradas,

Tu esencia misteriosa envuelve el aire,

Con cabeza de chacal y mirada penetrante,

Eres el guardián de los difuntos, implacable.

Tu presencia en los pasillos del inframundo,

Acompañando a las almas en su último recorrido,

Guiando sus espíritus con tu sabiduría profunda,

Y asegurando paz y equilibrio a sus corazones afligidos.

Tu figura se alza majestuosa y enigmática,

Con tu balanza en mano, pesas el alma con justicia,

Separas a los dignos para su recompensa eterna,

Mientras a los pecadores les deparas un destino de condena.

Oh, Anubis, protector de lo oculto y desconocido,

Bendice a aquellos que caminan por la senda correcta,

Dales fuerza para enfrentar su juicio final,

Y que encuentren consuelo en tu divina existencia.

Que tu esencia de amor y protección nos envuelva,

Y nos libre de temores y oscuridades fugaces,

Anubis, ser imperecedero y eterno,

Tu nobleza y poder nos acompañarán en todas las fases.

Anubis, el protector del más allá

Oh, Anubis, enigmático dios de la muerte,Tu figura imponente y misteriosa no tiene par,Con cabeza de chacal y cuerpo atlético,Eres el guardián del inframundo, sin dudar.

La balanza en tu mano, símbolo de justicia,Pesarás el corazón del difunto sin compasión,Mientras sus almas aguardan en la oscuridad,Tu juicio será su última prueba de redención.

Oh, Anubis, tu fidelidad es admirable,Acompañas a los muertos en su último viaje,Guiándolos a través de las sombras dilatadas,Hacia el eterno descanso, sin ningún ultraje.

Tus ojos penetrantes abarcan la eternidad,Observando cada alma que pasa por tus dominios,Tu presencia calmante les brinda seguridad,Mientras traspasan los umbrales del olvido.

Oh, Anubis, símbolo de sabiduría ancestral,Tu espíritu perdura en el corazón de la historia,Las pirámides y tumbas son testimonio perenne,De tu valía y tus inmortales hazañas en la memoria.

Nadie escapa a tu mirada vigilante y severa,Ni el más poderoso faraón o humilde campesino,Eres el juez imparcial de toda vida pasajera,Y en ti confiamos para encontrar el destino divino.

Oh, Anubis, tus enseñanzas son invaluable legado,Nos recuerdan que la muerte es solo el comienzo,En tu figura enigmática encontramos resguardo,Y en tu sabiduría encontramos con ello alivio.

Eres el faro en medio de la tempestad final,El guía que nos muestra el camino hacia la luz,Anubis, protector del más allá, celestial,Tu presencia nos reconcilia con nuestra cruz.