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El mito de Narciso de Argensola
En la antigua Grecia, en un rincón perdido,
el mito de Narciso, con su reflejo escondido,
surgió para enseñarnos, en su trama y su tristeza,
la vanidad y el ego que atenaza nuestra belleza.
Narciso, joven y hermoso, de apariencia suprema,
no conocía el amor, solo vivía en su dilema.
Un día se encontró, junto a un río sereno,
a una ninfa llamada Eco, de encanto tan pleno.
Eco quedó cautiva, perdidamente enamorada,
pero Narciso, insensible, solo la rechazaba.
La ninfa, con el corazón roto y la voz muda,
se desvaneció en el aire y en su dolor se hundió.
Un día, cuando Narciso paseaba sin cesar,
se acercó a un lago cristalino para descansar.
Allí, al mirar su reflejo, sintió una atracción,
una pasión desconocida, una nueva acción.
Se enamoró de sí mismo, de su propia imagen,
y quedó cautivado por su belleza en el linaje.
Narciso pasaba sus días junto al lago seductor,
mirándose en el reflejo, obsesionado por su amor.
Pero aquel amor egoísta no podía prolongarse,
ya que el reflejo no respondía, no podía amarse.
Narciso, desesperado y lleno de amargura,
se dejó caer en el lago, ahogado en su locura.
Así terminó Narciso, en un final trágico y vano,
un símbolo de la soberbia que escondemos en nuestro ser humano.
No olvidemos su historia, aprendamos la lección,
de que el amor propio desmedido nos lleva a la perdición.
Hermosos Poemas sobre Mito de Narciso de Argensola artísticos
Narciso
narciso,
Miraste tu reflejo
En la piscina de agua debajo
Y te enamoraste
Con lo que viste
No podías apartar los ojos
De tu propia cara hermosa
Y mientras mirabas, te ahogaste
En tus propias formas narcisistas
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Ahora tu leyenda sigue viva
Como un cuento con moraleja
Para aquellos que son demasiado vanidosos
Y demasiado ensimismado
Puede que hayas sido hermosa
Pero tu vanidad fue tu perdición
Y ahora no eres nada
Pero un mito
Y aunque tu historia es trágica
tambien es una advertencia
Para aquellos que creen que están arriba
Y mejor que todos los demás
Así que cuidado, Narciso
Y no dejes que tu ego
consumirte entero
Sandalio Reyes
Del joven que se amaba a sí mismo
Narciso era un joven apuesto
¿Quién llamó la atención de la diosa Eco?
Ella se enamoró de él al instante.
y el con ella
Pero, por desgracia, no estaba destinado a ser
Porque Narciso estaba enamorado de sí mismo
y solo el mismo
No podía ver a Echo por quién era ella.
Y así ella se desvaneció
Pero su amor por él permaneció
Y ella lo cuida todavía
del inframundo
Narciso ya es un mito
Pero su historia aún se cuenta.
Del joven que se amaba a sí mismo
Y la diosa que lo amaba también
Frutos Bravo
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En su tumba oscura y acuosa
Narciso era un joven apuesto
Que se enamoró de su propio reflejo
Se miró a sí mismo todo el día y la noche.
Hasta que se consumió y murió.
Ahora su espíritu acecha en las piscinas
Donde una vez contempló su hermoso rostro
Y atrae a otros a su perdición
Cuidado con el señuelo de Narciso
O tú también perecerás
En su tumba oscura y acuosa
Chinweike Molina
Pero Narciso también era vanidoso
Narciso era un joven
Quien fue amado por todos
tenia cara de angel
Y un corazón de oro
Pero Narciso también era vanidoso
Y él lo sabía bien
el se miraria a si mismo
Por horas
Un día, mientras Narciso miraba
En su reflejo en una piscina
Vio algo que amaba
Mas que cualquier otra cosa
Se enamoró de sí mismo
Y él no podía arrancarse a sí mismo
pasaría sus días
Mirando su propia cara
Y con el paso de los años
Narciso envejeció y se arrugó
Pero no le importó
Todavía estaba enamorado de sí mismo.
E incluso cuando murió
Su espíritu siguió contemplando
En su propio reflejo
Por toda la eternidad
Teo Mateos
Y así te desperdiciaste
Narciso de Argensola,
Miraste tu propio reflejo
En las tranquilas aguas de la piscina
Y te enamoraste de lo que viste.
No podías apartar los ojos
De tu hermoso rostro,
Y así te desperdiciaste
Hasta que todo lo que quedó
Era tu propio reflejo.
Lina Marquez
