Cinco Poemas sobre un Chicle

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Chicle dulce y colorido

Pequeño y redondo, en tu envoltorio brillante,Con promesas de alegría y sabor fascinante.Desatas mi sonrisa con solo abrirte,Tu aroma dulce y tentador comienza a despatar tarde.

Suavizando mis días amargos

Eres el escape perfecto de mi rutina diaria,Un dulce bálsamo en medio de la melancolía.Cuando te paladeo, haces que mi alma renazca,Descubriendo una felicidad que no se desplaza.

Masticando tus sabores infinitos

En cada bocado, una explosión de sabores diversa,Fresas, manzanas, menta, todos con su propia esencia.Soy transportado a un mundo lleno de fantasía,Donde la magia existe y todo es alegría.

Un compañero fiel en momentos tristes

Tu elasticidad me da fuerza para enfrentar el dolor,Mientras masticas, me envuelves en un cálido amor.De repente, mis preocupaciones se disuelven en el aire,Y una sonrisa en mi rostro vuelve a florecer.

Chicle, tú eres mi pequeño tesoro

Eres mi dulce compañía en cada recorrido,Mientras te llevo en mi boca, nunca estoy aburrido.Eres un regalo delicioso que trae simplicidad,Un pequeño detalle que eleva mi felicidad.

Gracias, querido chicle, por ser tan especial

En ti encuentro la alegría en cada instante vivido,Una dulzura que siempre está conmigo.Eres un pedacito de felicidad que puedo saborear,Un pequeño chicle que nunca dejaré de amar.

El Encanto del Chicle

Un chicle de infinito sabor,una pequeña delicia que puedo masticar.Un dulce tesoro que llegó para quedarsey en mi lengua su encanto desplegar.

Su envoltura colorida y brillante,me invita a disfrutar un mundo nuevo.La promesa de un sabor fascinante,un deleite para mi paladar, lo preveo.

Con cada mordisco, suelto la mente,y me sumerjo en sus notas intensas.Me envuelve un placer tan persistente,como las caricias de tiernas rimas intensas.

En cada bocado, la vida se vuelve dulce,una danza en mi boca, sabores a compás.El chicle me libera, me ayuda a relajarme,y me lleva a un mundo donde todo es paz.

Mientras mastico con gusto y deleite,mi espíritu se alza a un lugar divino.El chicle es un regalo, infinita felicidad,un pedazo de cielo al alcance de mi destino.

Oh, dulce chicle, tesoro de alegría,con cada masticada, mi vida se ilumina.Un pequeño placer que nunca olvidaré,eres mi confidente, mi compañero de rutina.

Así que sigamos disfrutando juntos,de ese sabor que nos envuelve sin cesar.El chicle, un pequeño y delicioso presente,que nos invita a soñar, amar y explorar sin parar.

Un dulce viaje con sabor a chicle

En el mundo de los sabores, uno muy especial,un compañero fiel, que nunca es banal.De colores brillantes, y forma redondeada,el chicle es un dulce que siempre enamora.

Al abrir el papelito, la emoción se despierta,con estiramientos jugosos y una risa abierta.El sabor explota en cada mordisco dado,dulce y refrescante, es un verdadero pecado.

Un chicle rosado, como un cálido amanecer,con sabor a fresas, que alegra al renacer.Suspira en la boca, desplegando su encanto,dejándote envuelto en un dulce manto.

El chicle verde, sabroso y refrescante,como una hoja de menta en un día brillante.Su frescura recorre todos los rincones,dejando un regusto dulce en los corazones.

El chicle azul, como un cielo de verano,con sabor a frutas exóticas en cada grano.Levanta el ánimo y despeja la mente,un viaje de felicidad que nos deja contentos y sonrientes.

Así es el chicle, un tesoro muy querido,en el que nos sumergimos en cada mordido.Un dulce compañero que siempre nos acompaña,un pequeño placer que el alma emana.

En nuestro paladar, un viaje sin igual,sabores explosivos que nos hacen vibrar.El chicle, un regalo para el corazón,una golosina que nos llena de emoción.

El dulce encanto del chicle

Bajo el sol radiante de la mañana,Un chicle danza en el aire con gracia,Su esencia dulce y pegajosa me llama,Y me sumerjo en su colorida traza.

Un trozo pequeño, pero lleno de sabor,El chicle se adueña de mis sentidos,Un estallido de dulzura y color,Que me envuelve en sueños divertidos.

Al saborearlo, mi boca sonríe,El chicle se estira como un lazo,El tiempo se detiene, se hace efímero,Y me sumerjo en su mágico abrazo.

Mis pensamientos vuelan, se desvanecen,Y me envuelven en un universo nuevo,Donde los sueños se hacen posibles,Y la fantasía es mi único deseo.

El chicle me transporta a lugares lejanos,Donde los colores se funden en armonía,Y la risa se convierte en melodía,Es un dulce encanto para mis manos.

El chicle, pequeño y simple en apariencia,Es un tesoro que despierta mis sentidos,Alegra mi corazón y mi existencia,En cada masticada, sueños divertidos.

Oh, chicle querido, dulce y pegajoso,Eres un bálsamo para mi ser,Tu sabor, tu textura, tu hechizo maravilloso,Hacen de ti un regalo placentero de tener.

Así que entre risas y sueños te mastico,Dejándome llevar por tu encanto,Saboreando cada momento contigo,Disfrutando de tu dulce encanto.

El encanto del chicle

En un mundo dulce y pegajoso, allí encontré un objeto precioso,

con su colorido envoltorio, mi corazón fue cautivo en su cautiverio.

Un pequeño chicle, tan humilde y sencillo,

pero capaz de despertar un destello de brillo.

Sus formas redondas y su aroma a frutas frescas,

me transportan a un lugar de alegría y promesas.

Al desenrollar su envoltura con ansias y emoción,

me invade la sensación de una dulce tentación.

Al masticarlo, siento cómo mis problemas se desvanecen,

y en un universo mágico mi mente se engrandece.

El chicle se convierte en mi fiel compañero,

liberando sonrisas y haciendo que todo sea más ligero.

Con cada burbuja que explota en el aire,

me lleno de risas y olvido cualquier pesar.

Es un pequeño tesoro que cabe en mi boca,

y me envuelve en una dulce y pegajosa loca.

En este verso, mi amor por el chicle expreso,

un objeto que me atrae y me tiene preso.

Pues en su sencillez y sabor, encuentro la magia,

me transporta a un mundo de ilusión y fantasía.

¡Oh chicle querido, embajador de alegría!

En tus sabores diversos, encuentro mi melodía.

Gracias por existir y por hacerme sonreír,

mi querido chicle, no te dejaré partir.