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Los Parásitos
En el vasto mundo de la vida,existen seres que aprovechan sin medida.Son pequeños y astutos,engañando a sus anfitriones con lujos.
Los parásitos, pequeños y temidos,se aferran a sus huéspedes sin ser vistos.Se esconden en la oscuridad,mientras su víctima ignorante los carga.
Pueden ser gusanos o pulgas,insectos o bacterias tan minúsculas.Pero su impacto es gigante,la salud de sus víctimas desmiente.
Como vampiros de la naturaleza,chupan la energía sin clemencia.Dejando a su anfitrión débil y frágil,mientras ellos prosperan de manera fácil.
Aunque parezca injusto y cruel,los parásitos cumplen un papel.En el equilibrio de la vida están inmersos,controlando poblaciones, eso se debe entender.
Así, mientras admiramos la belleza del mundo,no podemos olvidar a estos seres profundos.Los parásitos, parte de nuestra realidad,formando parte de nuestra humanidad.
Parásitos de vida secreta
En un rincón del mundo, ocultos al ojo humano,
existen seres diminutos, con un poder sobrehumano.
Los parásitos, criaturas misteriosas sin igual,
que viven en las sombras, sin cesar de robar.
Con maestría invisible, se instalan en su ser,
se alimentan de su cuerpo, sin que usted lo pueda ver.
Entran sigilosamente, sin pedir permiso alguno,
acechan en su morada, sin importarles ningún ayuno.
Sus formas son diversas, sus estrategias, únicas,
unos se esconden en el agua, otros en alimentos, con zarpas afiladas, sacan sangre como curricán.
algunos, también, se esconden en un insecto carnívoro.
Y una vez en su interior, empiezan su reinado,
viven de nuestros recursos, sin dar ningún cuidado.
Se adueñan de nuestros órganos, con extrema crueldad,
y debilitan nuestro cuerpo, sin piedad.
Aunque seamos su huésped, se ríen de nuestro bienestar,
nos empujan al abismo y se prenden a nuestra piel.
Y aunque parezca injusto, son obras de la naturaleza,
recordándonos que el equilibrio tiene su propia sutileza.
Pero aún así, en su vida secreta hay belleza,
la habilidad para adaptarse y su astuta destreza.
Aunque nos causen daño y por dentro nos consuman,
nunca dejarán de asombrarnos, cuando su historia resumumos.
Los parásitos, seres inigualables y misteriosos,
nos recuerdan que la vida está llena de enigmas poderosos.
Y aunque nos arrebaten la salud, el amor y la paz,
nunca dejan de enseñarnos, lecciones que jamás olvidarás.
Parásitos
Pequeñas criaturas que viven en la sombra,
Aprovechándose de otros para sobrevivir,
Los parásitos, invisibles e insidiosos,
Caminan en silencio, sin pedir permiso.
Se aferran a sus huéspedes como un abrazo falso,
Se alimentan de su energía y vitalidad,
Disimulan su presencia como expertos actores,
Hundiéndose en las profundidades de la realidad.
Insectos, gusanos, bacterias sin piedad,
Afectan a plantas, animales y humanidad,
Creando desequilibrios en los ecosistemas,
Dejando cicatrices en el camino que han pisado.
Pero también puedo ver la lección que enseñan,
Nos recuerdan que todo en la vida es simbiosis,
Que en cada relación hay un dar y recibir,
Y que la interdependencia es la base de nuestra existencia.
Así que, paradójicamente, agradezcamos a los parásitos,
Porque sin ellos, quizás no comprenderíamos,
La importancia de cuidar y proteger,
El delicado equilibrio de este hermoso planeta.
Los Parásitos
En lo más íntimo de la vida, ocultos y diminutos,
Existen seres que sin permiso se instalan a vivir,
Parásitos, criaturas que con sus formas corroen,
El equilibrio de la existencia, al acecho sin huir.
Desde el más pequeño organismo hasta el ser más grande,
Los parásitos se adhieren, como sombras persistentes,
Robándonos fuerzas, alimentándose de nuestras vidas,
Como vampiros invisibles, silenciosos e inclementes.
A veces son meros huéspedes fugaces y desapercibidos,
Pero otros se aferran fuertemente, causando grandes males,
Enquistados en nuestro cuerpo, en nuestro ser transgredidos,
Desatan tormentos, dolores, y lamentables pesares.
Parásitos físicos, símbolos de nuestra fragilidad,
Nos recuerdan la efímera naturaleza de nuestra carne,
Pero más allá de ellos, existen los parásitos del alma,
Las ideas tóxicas que en nuestra mente se amarran.
El odio y la envidia, cual parásitos mentales,
Corrompen nuestras relaciones, nos consumen por dentro,
Y a la larga, nos dejan en ruinas, emocionalmente frágiles,
Mientras alimentan su necesidad de poder y tormento.
En la naturaleza y en el ser humano siempre estarán,
Los parásitos, presentes en sus formas más diversas,
Pero en nuestra fortaleza y sabiduría debemos confiar,
Capaces de vencerlos, negándoles su presa perversa.
Porque al final, en nuestra lucha contra los parásitos,
Encontramos el valor de aprender y crecer,
El amor propio que nos hace inmunes a sus gritos,
Y la paz que nos permite en nuestro ser florecer.
Parásitos
En el vasto reino de la naturaleza,donde la vida se entrelaza,existen criaturas diminutas,que se aferran como garras.
Los parásitos, pequeños seres,que encuentran en otros su morada,se alimentan de su huésped,con una voracidad despiadada.
Pueden ser tan diminutos,que no los vemos a simple vista,pero su presencia es notoria,causando malestar en la pista.
Como sombras oscuras,se aferran a la vida ajena,extrayendo su sustento,con una actitud serena.
Pero en su compleja simplicidad,también hay una lección,la de adaptarse al medio,con su triste condición.
Cuando el equilibrio se quiebra,y la harmonía se ve turbada,los parásitos aparecen,para recordar nuestra fragilidad.
y así, en este poema,reflexionamos sobre su existir,un recordatorio de humildad,y la importancia de proteger el porvenir.
Parásitos en la sombra
En la inmensa naturaleza,donde todo se entrelaza,existen seres diminutos,que nadie imagina su artimaña.
Los parásitos, invisibles a nuestras miradas,se esconden en la sombra,buscan huéspedes vulnerablespara alimentarse de sus entrañas.
Oh, pequeños seres de dudosa belleza,vuestra existencia es un misterio,vivís en un mundo sigiloso,donde el engaño es vuestro imperio.
En el agua, en la tierra,en el interior de nuestros cuerpos,sus garras se aferran,roban nuestra energía sin cesar.
Parecen insignificantes,pero su poder es inmenso,debilitan a sus víctimas,hasta llevarlas al abismo.
Poseen tácticas ingeniosas,cual maestros del disfraz,se camuflan entre nosotros,hasta que es tarde para escapar.
A pesar de su naturaleza egoísta,no podemos negar su importancia,forman parte del ciclo de la vida,realizan su papel sin fragancia.
Entonces, respetemos su existencia,actuemos con precaución,mantengamos la higiene,y evitemos su invasión.
Porque aunque sean desagradables,los parásitos nos recuerdan,lo frágil que es todo ser vivo,y la necesidad de protegernos.
Parásitos
En la inmensidad de la naturaleza,
donde la vida se despliega con sutileza,
se encuentran seres diminutos e intrusos,
que en la sombra ocultan sus abusos.
Los parásitos, pequeñas criaturas,
que sin ningún pudor roban nuestras venturas,
se adhieren a nuestro ser sin permiso,
y en nuestro cuerpo encuentran su abrigo.
Oh, insidiosos seres de vida parasitaria,
nos atormentan con su conducta contraria,
nos absorben la energía vital,
y se burlan de nuestra lucha por sobrevivir.
Pero en su maldad, hay un aprendizaje,
que al observarlos podemos hacer viaje,
descubrir la fuerza que llevamos dentro,
y en su combate, revelar nuestro verdadero centro.
Porque como los parásitos, a veces también somos,
nos alimentamos de otros sin piedad ni asomos,
pero podemos ser más que eso, podemos ser luz,
sanar nuestras heridas y aprender a ser buenos discípulos.
Así que no temamos a los parásitos silentes,
ni a su presencia en nosotros evidentes,
aprendamos de su astucia y supervivencia,
y construyamos una realidad basada en la conciencia.
Que cada uno de nosotros, con amor y entendimiento,
combata los parásitos que nos están consumiendo,
y construyamos un mundo lleno de armonía,
donde los parásitos se desvanezcan en su agonía.
Parásitos, seres diminutos
En las sombras, ocultos bajo la piel,
Se esconden los parásitos sin sentir desprecio.
Pequeños invasores de la vida humana,
Con habilidades sorprendentes, la carne violan.
Invisible su presencia, nefasta su misión
Se alimentan de nosotros sin remordimiento,
Causando dolores, malestares y tormento.
Amigos indeseados, en nuestro interior anidan,
Midiendo su éxito por el daño que nos infringidan.
Envenenan nuestra sangre, destrozan el equilibrio
Cada célula invadida clama por auxilio,
Pero los parásitos egoístas se aferran al hospedaje.
Generan inflamaciones, reacciones alérgicas,
Hasta que nos agotan, sometiéndonos a agonías trágicas.
Pero en la lucha, no estamos solos
Nuestro cuerpo actúa con valentía y denodado coraje,
Combatiendo los invasores con gran sabiduría,
Impulsando defensas, fortaleciendo el sistema,
Hasta que los parásitos se ven vencidos en su terquedad baldía.
Así, hermosa simbiosis se alza entre combatientes
El huésped y el parásito, en una lucha tenaz,
Generan equilibrio, un interdependiente compás.
Porque a pesar de ser indeseados inquilinos,
Enseñan a nuestro cuerpo sobre su propio destino.
Debemos agradecer al parásito, sin embargo
Por revelarnos nuestra fragilidad y vulnerabilidad,
Demostrarnos que somos parte de un todo, en verdad.
En la armonía de la vida, todo tiene su razón,
Incluso los parásitos, que nos enseñan la lección.
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En mi cuerpo
parásitos
en mi cuerpo,
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Hay parásitos.
Son pequeños y repulsivos,
Viven en mi sangre y en mi carne.
Me alimentan de mi energia,
De mi vitalidad.
son una plaga,
Una infección.
Pero no puedo quitarmelos,
porque sin ellos
Yo no soy nada.
Joan NuñEz
Este pequeño algo no quiere que yo sea libre
Hay algo que vive dentro de mí
En lo profundo de mis entrañas, está escondido
Este pequeño algo no quiere que yo sea libre
Quiere tenerme cautivo, hacerme su esclavo
Este pequeño algo es un parásito.
Una sanguijuela en mi vida, minando mi fuerza
Ha estado conmigo durante años, y no va a ninguna parte.
Odio este pequeño algo, este parásito
Pero no puedo deshacerme de él, no importa lo que intente
Es una parte de mí ahora, me guste o no
Y tendré que aprender a vivir con eso, hasta el día que muera
Sonia Menendez
Hermosos Poemas sobre los Parásitos más artísticos
Me niego a dejar que se haga cargo
Hay algo viviendo dentro de mí
alimentándose de mi sangre y de mi miseria
No puedo deshacerme de él sin importar cuánto lo intente
es como un parásito, y está aquí para quedarse
Esta cosa, este monstruo, es parte de mí ahora
y lo odio, realmente lo odio
pero no puedo deshacerme de él
no importa lo mucho que quiera
Es como si se estuviera riendo de mí,
burlándose de mí, todos los días
y puedo sentirlo, retorciéndose
dentro de mí, haciéndome su huésped
No puedo escapar de él, y no puedo vencerlo
pero seguiré luchando, mientras pueda
porque me niego a dejarlo ganar
Me niego a dejar que se haga cargo
Este poema es sobre los parásitos.
que viven dentro de nosotros
los que nos drenan
y haznos su anfitrión
Pero no nos rendiremos
no nos vamos a rendir
seguiremos luchando
hasta el final
Dylan Montero
Somos su anfitrión
Parásitos
Sobre nuestras espaldas cabalgan
Drenando nuestra sangre
Con sus dientes afilados y puntiagudos
perforan nuestra piel
Y cavar en lo más profundo
Somos su anfitrión
Su única fuente de alimento
Y aunque los odiamos
Parece que no podemos sacudirlos
Están con nosotros día y noche.
Chupandonos la vida
Hasta que no seamos más que huesos
Y luego siguen adelante
Para encontrar otra víctima
Para explotar y drenar
Nunca ser visto otra vez
Hasta la próxima vez
Necesitan un anfitrión
Hugo Estevez
porque para nosotros, son solo un medio para un fin
Parásitos
Somos los parásitos
viviendo sigilosamente de nuestro anfitrión
hasta que estén débiles y agotados
y apenas pueden mantenerse con vida.
No sentimos ningún remordimiento.
mientras les chupamos la vida
porque para nosotros, son solo un medio para un fin.
No nos importa si sufren
mientras consigamos lo que queremos.
Somos los parásitos
y seguiremos alimentándonos
hasta que no quede nada más que una cáscara de un ser humano.
Ardaitz Miguel
