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Feminicidio
En un mundo oscuro y despiadado
Donde florece la violencia sin cesar
Surge un grito desgarrador y desesperado
Por todas las mujeres que no podrán más caminar
El feminicidio, tristemente real
Un crimen que a todas nos duele el alma
Mujeres que pierden la vida sin motivo alguno
Las cifras aumentan, ¿hasta cuándo habrá calma?
Nos enfrentamos a un monstruo sin rostro
Que atenta contra el amor y la igualdad
El miedo y la impotencia crecen en cada corazón
Pero juntas alzaremos nuestra voz en solidaridad
El feminicidio no es solo una estadística
Son sueños truncados, familias destrozadas
Las vidas robadas de mujeres valientes
Que merecían vivir en paz, amadas y respetadas
Es hora de despertar conciencias dormidas
De luchar por una sociedad más justa y equitativa
Donde el feminicidio sea solo un recuerdo lejano
Donde cada mujer sea valorada y apreciada
Unámonos en esta batalla sin tregua
Construyamos un mundo donde todas vivan libres
Donde el feminicidio sea solo una triste historia
Y ninguna mujer tenga que temer por su vida y ser
Mantengamos la esperanza que el cambio llegará
Que el feminicidio no se quede impune jamás
Por todas las víctimas que ya no pueden levantarse
Continuaremos luchando hasta que esto se acabe
Feminicidio: Gritos Silenciados
En las sombras brota un lamento silencioso,
latidos que se apagan en un mundo despiadado.
Mujeres que aman y sueñan con brío,
descubren su fuerza en un camino anhelado.
El feminicidio, herida abierta y cruel,
nos habla de vidas truncadas sin piedad.
Las cifras ocultan dolor y desuelo,
un grito que emana con tenaz ansiedad.
¡Basta ya! clamamos con voz firme y sincera,
no más violencia contra nuestro ser.
Las flores marchitas no traen primavera,
queremos florecer sin miedo a vencer.
Somos más que estadísticas en un papel frío,
las almas valientes que no cederán.
Exigimos justicia, un cambio en el desvarío,
que el amor y el respeto nos vuelvan a abrazar.
El feminicidio clama por un nuevo amanecer,
donde la igualdad sea la regla y no la excepción.
Que cada mujer pueda vivir y florecer,
sin miedo, sin violencia, sin opresión.
En unidad nos alzamos, el corazón en revolución,
cambiando el rumbo y escribiendo un nuevo destino.
No dejaremos silenciado nuestro valiente rincón,
lucharemos hasta sanar este mal enraizado.
Feminicidio, alzamos nuestras voces sin cesar,
te enfrentaremos con fuerza e instinto feroz.
Mujeres unidas, ahí está el poder en su plenitud,
hasta que tu sombra desaparezca entre aplausos.
El grito silenciado
En el dolor se esconde una cruel realidad,una sombra oscura que acecha sin piedad,en los corazones de tantas mujeres,que sufren y mueren, sin merecerlo jamás.
El feminicidio, grito silenciado,una tragedia que se repite sin cesar,vidas robadas, sueños truncados,un clamor que busca justicia señalar.
En cada hogar, en cada calle,resuena el miedo, la angustia y el temor,mujeres vulnerables, en un mundo hostil,donde la violencia no tiene ningún pudor.
Sus nombres se pierden en la estadística,fríos números que buscan invisibilizar,pero tras cada cifra, hay una historia,una vida arrebatada sin razón ni piedad.
Sus voces se alzan desde el abismo,exigiendo un mundo más justo y seguro,donde los derechos sean respetados,donde la igualdad sea un valor más puro.
No más lágrimas derramadas en silencio,no más dolor sin justicia ni verdad,es hora de alzar nuestras voces,de luchar contra esta cruda realidad.
El feminicidio no es solo un problema,es una herida que sangra a la humanidad,un llamado urgente a tomar acción,a erradicar esta lacra con determinación y voluntad.
Que cada verso sea un lamento,un recuerdo perpetuo en cada corazón,para que nunca olvidemos a las mujeres,que murieron en este cruel feminicidio opresor.
Por nuestras hermanas
En un mundo tan vasto e infinito,
Donde deberíamos hallar amor y paz,
El feminicidio aflora con espanto,
Destruyendo vidas en crueles guadañas.
La mujer, fortaleza infinita,
Descubre su valía en cada paso dado,
Pero a veces, su camino es truncado,
Por aquellos que siembran odio y miedo.
¿Hasta cuándo, oh mundo cruel,
Mirarás indiferente las lágrimas caer?
¿Cuántas vidas más se extinguirán,
Antes de despertar y comprender?
Con brazos unidos y voces alzadas,
Marchamos por aquellas que ya no están,
Exigiendo justicia y cambios reales,
Porque no queremos más historias de terror.
Cada mujer es un tesoro invaluable,
Un ser lleno de amor y esperanza,
No merece menos que libertad y vida,
Libres de violencia, odio o venganza.
En un coro de esperanza y fuerza,
Gritamos por todas nuestras hermanas,
Poniendo fin a esta dolorosa espera,
Para que ninguna vida más se desvanezca.
Unidas seguimos hacia adelante,
Abriendo caminos de igualdad y paz,
Por nuestras hermanas que ya no están,
Honrando su memoria con justicia en cada trazo.
Feminicidio: Un grito de dolor
En los oscuros abismos de la injusticia,
donde el odio y el miedo se abrazan,
se gesta el desgarrador feminicidio,
una herida profunda que no cesa de sangrar.
Basta de violencia, clamamos al viento,
y nuestras voces se unen en un eco de rabia,
porque el feminicidio, impío y cruel,
arranca la vida de mujeres valientes.
En las calles y hogares, el miedo se cierne,
como una sombra acechante y sin piedad,
donde la vida se apaga sin sentido,
y el sufrimiento se vuelve realidad.
¡No más impunidad para los asesinos!
Exigimos justicia con voz firme y clara,
que no se invisibilice esta tragedia,
que no se ignore este grito de alarma.
Las mujeres, seres de luz y valentía,
merecen vivir sin temor ni angustia,
con plenitud y oportunidades de vida,
dejando atrás las cadenas de la injusticia.
Que este poema sea un llamado sincero,
a despertar conciencias, a cambiar corazones,
a luchar juntos contra este flagelo,
por un mundo sin feminicidios ni dolores.
Porque cada mujer es un faro de esperanza,
que debe brillar sin temor a ser apagado,
y ninguna vida debe ser arrebatada,
porque cada vida cuenta y es amada.
Por todas las mujeres que ya no están
En un mundo oscuro y despiadado,donde el feminicidio deja su amarga huella,se alzan voces en duelo y rabia,por todas las mujeres que ya no están.En cada latido sentido con dolor,en cada lágrima derramada,se escuchan gritos silenciados,por aquellas que en nombre del amor, fueron asesinadas.Sus vidas arrebatadas sin razón,por manos que no conocían la empatía,dejando a sus seres queridos en la angustia,de no poderles ver otra vez cada día.Hijas, madres, hermanas, amigas,todas unidas por un destino injusto,la violencia arrebata su brillo y alegría,dejando un vacío perpetuo e injusto.Enfrentándose al miedo y la inseguridad,cada mujer sale a la calle con valentía,exigiendo justicia y respeto,porque el feminicidio no tiene cabida en la vida.Que el mundo despierte y escuche,el grito de todas las que ya no están,no hay más tiempo que perder,juntas lucharemos hasta el final.Que cada nombre y rostro no sea olvidado,en la lucha por la dignidad y la igualdad,hasta que cada mujer pueda caminar segura,sin temor al feminicidio, la crueldad.Porque cada vida importa y duele,cada historia truncada es un grito en el aire,¡basta ya de feminicidio, basta ya de violencia!Que el amor y el respeto sean nuestro estandarte a enarbolar.Honremos a las mujeres valientes,que lucharon hasta el final,unidas, fuertes y empoderadas,porque juntas, ninguna más caerá.
Feminicidio
En un mundo oscuro, incomprensible y frío,
donde el amor se convierte en eterna agonía,
las mujeres sufren un mal devastador,
la sombra del feminicidio, un horror.
No hay palabras suficientes que describan el dolor,
que embarga los corazones sin pudor.
La violencia ataca sin respiro ni piedad,
las vidas se pierden, enlutando la humanidad.
Ellas, seres de luz y de fuerza sin fin,
son privadas de vivir, de prosperar, de seguir.
El feminicidio, esa herida profunda,
nos recuerda que aún queda lucha en esta luna.
En cada nombre que se pierde, se alza una voz,
exigiendo justicia, clamando por su voz.
Florecen movimientos, mujeres que se unen,
en busca de igualdad, de una vida sin sienes.
Feminicidio, palabra que nos estremece,
nos impulsa a actuar, a buscar la paz merece.
No más silencio, no más impunidad,
porque todas merecemos vivir en libertad.
En cada amanecer, nos vestimos de fortaleza,
cambiando la realidad, brindando pureza.
Rompamos las cadenas que nos mantienen atadas,
porque juntas somos capaces de voltear las miradas.
En honor a las que ya no están aquí,
juremos luchar y nunca renunciar al fin.
La brecha se hará puente, la violencia al final,
y en cada corazón vivirá un amor eternal.
Feminicidio
En las sombras de un mundo sin piedad,
donde se pierde la esperanza, la humanidad se esconde.
Un grito silenciado, una vida arrebatada,
un femicidio más, un amor que se desangra.
Marcha de resistencia
En las calles se escucha el clamor,
mujeres unidas marchan por honor.
Cansadas del miedo y la opresión,
exigen libertad y justicia en cada rincón.
Susurros del viento
El viento susurra historias de dolor,
nombres grabados en el corazón sin razón.
Mujeres valientes, almas que arriban,
luchan incansables hasta el último suspiro.
Un llamado a la empatía
No más violencia, no más impunidad,
en los ojos del mundo esto debe cambiar.
Escucha los gritos, presta atención,
las lágrimas de nuestras hermanas no tienen perdón.
Una promesa de cambio
Hoy alzamos la voz con fuerza y coraje,
prometemos luchar en cada viaje.
Por nuestras hijas, hermanas y madres,
saldremos adelante, no importa las adversidades.
El poder de la unión
Unidas somos la fuerza que no podrán detener,
la solidaridad y el amor nos guiarán a vencer.
No más feminicidio, no más dolor,
en un mundo igualitario alcanzaremos el verdadero valor.
Feminicidio: El grito silenciado
En sombras y lamentos se tiñe el cielo,Dolor que abraza y hiere el corazón,Cientos de almas claman justicia en desvelo,Por las vidas que el tiempo les arrebató.
Una triste melodía en el viento susurra,Historias de mujeres valientes y fuertes,Que en un mundo sin razón se apaga su luz pura,Víctimas del machismo que les cercena su suerte.
Son sus vidas como pájaros enjaulados,Que anidaban en hogares desprovistos de amor,Sus sueños fueron truncados, abandonados,Por ese oscuro mal que acaba con su esplendor.
Latidos que en silencio se desvanecen,Susurros que enmudecen sin dejar rastro,El feminicidio en sus rostros florece,Un anhelo de cambio que grita al paso.
La balanza de género clama equidad sincera,La justicia exige cuentas por cada vida perdida,No permitamos que esta realidad persista,Levantemos nuestras voces, ¡basta ya de heridas!
Las mujeres son un bello verso de resistencia,Tan valiosas y fuertes como la mar en furia,Es momento de extender la mano de advertencia,De plantarnos juntas en esta lucha.
Erradiquemos el miedo, la violencia y el dolor,Cambiemos el destino de todas las futuras generaciones,Construyamos un mundo donde haya amor y color,Donde las mujeres sean libres, seamos más que palabras y canciones.
Que este poema sea un llamado a la conciencia,A no quedarnos callados ante tanta injusticia,Un grito que resuene en la esencia,Una oda a todas las mujeres, a su valentía y justa lucha.
Feminicidio: Voces Silenciadas
En lo más profundo de la oscuridad,surge un cruel y triste despertar.El feminicidio, hecho repugnante,arrastra vidas, dejando un legado constante.
Mujeres valientes, de alma ardiente,víctimas de un mundo indiferente.Susurros de dolor llenan el aire,mientras sus voces intentan sobrevivir.
El odio engendra esta masacre,donde el miedo roba a la mujer su resplandor.El feminicidio, un grito silenciado,en un nido de sueños desgarrados.
Las estadísticas hablan por sí solas,de un flagelo que desafía nuestra razón.La violencia, un veneno letal,que mancha de sangre nuestro amanecer.
Pero en cada latido del corazón,reside la fuerza de una revolución.El grito unido de resistencia y amor,romperá las cadenas de este horror.
Hoy encendemos una antorcha de esperanza,por las vidas que se extinguieron sin razón.Las almas que partieron, viven en nuestras memorias,inspirándonos a luchar por un nuevo horizonte.
Un mundo donde las mujeres florezcan,donde su esencia evite marchitarse.Porque la igualdad, es el camino a seguir,donde el feminicidio dejará de existir.
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Esto es lo que sucede cuando las niñas son vistas como nada más que una propiedad
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lucharemos
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Para ser encontrado por alguien más
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