5 Poemas sobre Memento Mori

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Memento Mori

En este efímero instante de la vida,

Recordemos nuestra condición finita,

Memento Mori, susurra el tiempo,

El presente es fugaz, ya pasó el aliento.

En cada latido, una lección profunda,

Un recordatorio de la vida moribunda,

El reloj implacable nos habla sin cesar,

Que cada segundo debemos apreciar.

Conscientes del destino que nos aguarda,

Debemos vivir nuestras horas sin tarda,

El final es inevitable y cercano,

La muerte acecha, es nuestro destino humano.

En cada paso que damos en este suelo,

Hay una sombra siguiendo nuestro vuelo,

Todo lo bello, todo lo puro y divino,

Un día dejará de ser, llegará el desatino.

Pero en la fugacidad de nuestra existencia,

Podemos encontrar una bella trascendencia,

Valorar cada instante, abrazar la pasión,

Vivir intensamente, llenar de amor nuestro corazón.

Memento Mori, recuerda que un día partirás,

Pero mientras aquí estás, el amor abrazarás,

Aprovecha cada latido, cada rayo de sol,

Que la muerte no nos robe el gozo y el farol.

Caminemos con gratitud y sin vacilación,

Teniendo presente nuestra eterna condición,

Saboreando cada verso y cada amanecer,

Memento Mori, pero siempre amemos sin morir.

Memento Mori

Cuando la vida se consume en un suspiro,

cuando el tiempo corre sin piedad,

un recordatorio nos llega al alma,

un llamado a recordar nuestra mortalidad.

Memento Mori, susurra el viento;

una voz ancestral, tan certera como el destino.

Nos recuerda que aquí no somos eternos,

solo fugaces, como el polvo en el camino.

Ambición y vanidad nos deslumbran,

nos alejan de la esencia de la vida.

Pero el Memento Mori nos devuelve a la realidad,

nos recuerda que solo somos una breve medida.

No importa la riqueza o el poder acumulado,

ni las victorias que alcancemos en vano.

Ante el abismo de la muerte, somos iguales,

un recordatorio de humildad en cada ser humano.

Memento Mori, danza en nuestras conciencias,

como una llama que nunca se apaga.

Nos invita a vivir con autenticidad y plenitud,

a abrazar cada instante, cada batalla.

Pues cuando el último suspiro se escapa,

y nuestras almas abandonan este plano,

lo que queda son nuestros actos y recuerdos,

nuestro legado eterno, en todo ser humano.

Así que abrazamos el Memento Mori,

con gratitud y aceptación en el corazón.

Porque solo así podemos vivir verdaderamente,

saboreando la vida hasta su última canción.

Memento Mori

En la efímera existencia del ser humano,un recordatorio nos acompaña en cada paso,la certeza de nuestra finitud,un aviso constante de nuestro último abrazo.

Memento Mori, llamado del destino,nos susurra al oído, nos advierte,que un día todo será solo un recuerdo,y que la muerte a todos nos hiere.

Como flores de un jardín efímero,nuestras vidas se desvanecen en el aire,una danza fugaz de sueños y anhelos,que pronto se consume ante la verdad más clara.

Nos aferramos a momentos, a risas y lágrimas,pero Memento Mori nos recuerda sin cesar,que en cada instante la cuenta regresiva avanza,y que en algún momento deberemos partir y abandonar.

No temas a la sombra de Memento Mori,pues en su eco yace una lección de vida,aprende a valorar los instantes más pequeños,y a vivir con pasión, sin medida.

La muerte nos iguala, nos muestra la verdad,somos meros viajeros en este camino efímero,pero en cada paso podemos iluminar el eterno,creando un legado de amor y afecto verdadero.

Así, abracemos la paradoja de nuestra existencia,conscientes de nuestra mortalidad,y aprovechemos cada segundo de este viaje,con gratitud, amor y bondad.

Memento Mori

En esta vida efímera y mortal,

recordemos siempre nuestra realidad.

Aunque el tiempo pase, no hay que olvidar:

un día, la muerte nos vendrá a buscar.

Como el reloj que nunca se detiene,

la vida avanza sin un alto que previene.

Pero es crucial recordar en cada instante,

que nuestra existencia es solo un puente.

Recordemos, pues, nuestro destinado final,

para que cada día vivamos en verdad.

No permitamos que la rutina nos halle,

recordemos siempre aprovechar cada detalle.

La muerte nos rodea con su silente presencia,

una invitación a disfrutar nuestra existencia.

En cada risa, abrazo y acto de amor,

memento mori, reflexionemos con fervor.

Enfrentemos el temor a lo desconocido,

y vivamos nuestro tiempo con sentido.

Aprovechemos cada oportunidad de ser,

hasta que llegue el momento de desaparecer.

Memento Mori, no temamos a la muerte,

sino aprendamos a valorar cada aliento fuerte.

Recordémoslo siempre, en nuestra alma grabado,

hasta que, finalmente, hayamos descansado.

Memento Mori

En el caminar de la vida,

nuestro destino nos llama a cada paso.

Recordemos, pues, que la muerte es segura,

un recordatorio eterno de nuestro trazo.

¡Oh, Memento Mori! ¡Concédeme el don

de apreciar cada aliento y cada latido!

En cada sonrisa y lágrima que cae al suelo,

aprendamos la lección de estar vivos.

Las rosas florecen, pero pronto marchitarán,

los relojes avanzan, pero pronto se pararán.

En cada encuentro, en cada despedida,

el eco de la muerte nos debe recordar la vida.

No llenemos el tiempo de lamentos inútiles,

aprovechemos cada segundo como un tesoro.

El pasado se desvaneció, el futuro es incierto,

pero el presente, oh, el presente es nuestro.

El memento mori no es un llamado al miedo,

sino al valor de enfrentar nuestra propia mortalidad.

Dejemos un legado de amor y bondad,

para que nuestras vidas sean eternas en la eternidad.

Así, en el abrazo de la noche final,

podremos descansar sabiendo que vivimos plenos.

Memento Mori, recordatorio trascendental,

que nos invita a amar y vivir sin frenos.

Memento Mori

En el paso efímero del tiempo,

donde las horas se desvanecen como el viento,

nos recuerdan las palabras del destino:

Memento Mori, la muerte está en camino.

En cada alma que al nacer se ve bendecida,

se guarda la certeza de que algún día,

la vida se extinguirá como una vela al soplar,

y en el abrazo de la eternidad se sumergirá.

Oh mortal, no ignores el susurro trascendental,

que te susurra la parca tan sutil y real,

la existencia es efímera, fugaz, pasajera,

y en cada segundo se acerca la última primavera.

Las rosas que en el jardín despliegan su esplendor,

saben que al marchitarse no hay respiro ni calor,

así también los hombres, envueltos en mortalidad,

deben amar la vida con plenitud y sinceridad.

Memento Mori, un recordatorio sin igual,

que en cada latido del corazón se hace universal,

no temas a la muerte, abraza su enseñanza,

y vive cada instante con amor y esperanza.

Desde los albores de la humanidad,

Memento Mori ha sido la verdad,

un recordatorio constante de nuestra fugaz existencia,

incitando a vivir con pasión y conciencia.

Así, abracemos la certeza del destino final,

construyendo un legado que trascienda más allá,

recordando siempre que la vida es efímera,

y que en cada segundo, la muerte espera.

Memento Mori

En este fugaz y efímero sendero de vida,

Sabemos que la muerte es inevitable y certera.

Memento Mori, nos recuerda en cada latido,

Que nuestra existencia es frágil y pasajera.

¿Hasta cuándo creeremos en nuestra inmortalidad?

Ambiciosos y distraídos, a veces olvidamos,

Que el reloj de arena sigue deslizándose,

Y en cada grano de arena, el tiempo escapa.

Memento Mori, con su voz susurra en nuestros oídos,

Recordándonos que nada es eterno ni perdura.

Ni la juventud, ni la belleza, ni el éxito,

Todo en este mundo tiene un fin en su aventura.

En cada amanecer y atardecer nos lo enseña,

La muerte camina a nuestro lado, sin miramientos.

Nos invita a vivir cada día como si fuera el último,

A abrazar al que amamos, a buscar los buenos momentos.

Memento Mori, el recordatorio de nuestro destino,

Nos insta a reflexionar y a valorar la vida en su plenitud.

A disfrutar de cada risa, de cada abrazo, de cada caricia,

Pues la muerte nos acecha y no espera nuestra gratitud.

Así que vivamos intensamente, sin temer el final,

Conscientes de que cada paso nos acerca al adiós.

Memento Mori, una invitación a vivir sin arrepentimientos,

Amar, soñar y dejar una huella, antes que llegue el adiós.

Memento Mori

En el vasto escenario de la vida, sirenas susurran al oído,

Recordándonos nuestro destino inevitable, ineludible final.

La existencia, danza efímera de luz y sombra,

Es solo una pausa en la inmensidad del tiempo, fugaz bocanada.

Memento Mori, carpe diem, palabras resonando en eco,

Las manecillas del reloj no retroceden, implacables avanzan.

La juventud rebosa en cada paso, arrogante e inconsciente,

Pero bajo la belleza y la fuerza, la muerte aguarda paciente.

Tesoros acumulados, riquezas encantadas en cada esquina,

Nada poseemos más allá de nuestras almas y acciones genuinas.

Memento Mori, letanía susurrada por el viento,

Recuerda que de polvo venimos y al polvo retornamos con intento.

La flora florece y luego se marchita, como nuestras horas pasan,

El latido del corazón nos guía mientras el último aliento fracasa.

La muerte, hermana silenciosa en la danza de la eternidad,

Une a todos los seres, sin importar su color, raza o vanidad.

Memento Mori, melodía que despierta nuestra consciencia,

Valora el presente, no permitas que se convierta en una lejana remembranza.

En cada suspiro siente la fragilidad de nuestra existencia,

Y abraza el conocimiento de que la muerte es nuestra fiel compañía, en reverencia.

Memento Mori

En esta vida efímera, donde el tiempo vuela,Recordemos siempre la verdad más eterna:"Memento Mori", susurra el viento en su canción,Un recordatorio de nuestra propia condición.

Nuestras vidas son como pétalos en el viento,Delicados y bellos, pero también efímeros y lentos.Recordemos siempre el destino final,Y vivamos cada día como si fuera el final.

El reloj inexorable

En cada tic-tac del reloj oigo el susurro,Que me recuerda que la muerte está al acecho seguro.La vida es fugaz, como una brisa en la tarde,Así que vivamos con pasión, sin temores al alarde.

Mientras las flores florecen y luego se desvanecen,Nosotros, también, pronto tendremos que ceder.La muerte llegará, sin distinción ni favor,Pero mientras estamos aquí, abracemos con fervor.

Abrazando nuestra mortalidad

No temamos la oscuridad que acecha,La muerte es solo el final de una etapa que se desecha.Celebremos la vida y la fragilidad que lleva,Memento Mori, una lección que nunca se olvida.

En cada latido del corazón, en cada respiración,Recordemos nuestro destino y su audaz lección.Vivamos nuestras vidas con un propósito profundo,Amar, perdonar y buscar la verdad en cada segundo.

Memento Mori, la realidad desnuda

La belleza de estas palabras es su crudeza,Un llamado a vivir en el presente, sin torpeza.No importa cuánto tiempo tengamos en esta tierra,Lo que verdaderamente importa es la huella que dejemos en la guerra.

Memento Mori, un recordatorio necesario,De que la muerte es inevitable, pero nuestra elección es legendario.Vivamos cada día como si fuera nuestro último acto,Y dejemos un legado que en la memoria siempre se pacto.

Memento Mori

En el baile eterno de la vida,donde el tiempo se escapa entre los dedos,sabemos que nuestra existencia es efímera,un suspiro en el vasto universo lleno de misterios.

El memento mori nos invita a reflexionar,a recordar que la muerte es parte de la senda,que nuestro destino final espera pacientemente,pero mientras respiramos, vivir es nuestra ofrenda.

Mientras los relojes marcan sus tic-tacs,y el sol sigue su arco en el firmamento,nos damos cuenta de que el momento presente,es el tesoro más valioso, el regalo más preciado.

Como las flores que brotan en primavera,nuestro ser se desvanece con el paso del tiempo,pero mientras las raíces sostienen la tierra,la memoria imperecedera eternamente florecerá.

Sin importar cuántas monedas amasemos,la verdad es que no nos llevaremos nada al partir,solo las huellas que dejamos en los corazones,y las historias que en vida supimos construir.

Así que abracemos cada día con fervor,aferrémonos al amor, la pasión y la alegría,recordando siempre el mensaje de memento mori,que la muerte nos recuerda la urgencia de la vida.

En cada amanecer, en cada despedida,conscientes de nuestra existencia finita,celebremos la danza de la vida y la muerte,y hagamos de nuestra historia una obra infinita.