5 Poemas sobre los Pollitos

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Los tiernos pollitos

En un cálido nido escondido,

nacieron unos pollitos.

Sus plumitas apenas salieron,

y al mundo ellos se asomaron.

Con sus ojitos curiosos,

exploraban el mundo cautivos.

Bajo el sol, correteaban contentos,

y a su madre seguían atentos.

Picoteaban el suelo con alegría,

buscando algo que les daría

energía para crecer fuertes,

mientras su madre daba unos conciertos.

Elicioso maíz y semillas,

eran sus comidas favoritas.

Globochamoy y un poco de agua,

corrían contentos sin preámbula.

Mientras tanto, sus plumitas crecían,

y en colorido iban adquiriendo.

Rojo, amarillo, azul y verde,

haciendo al bosque resplandecer.

Los pollitos corretean juguetones,

y llenan de alegría los corazones.

Pequeños seres llenos de amor,

que nos enseñan su gran valor.

En sus alas vuelan con ilusión,

conquistando el cielo con devoción.

Los pollitos, seres tiernos y bellos,

nos enseñan a volar sin anhelos.

Pollitos, tiernos y pequeñitos

Pequeñitos, como diminutas bolas de algodón,

llegan a este mundo sin ninguna pretensión.

Sus plumas difusas y suaves al tacto,

nos llenan de ternura y nos hacen un nudo en el pecho.

En el nido calientito y acogedor

la mamá gallina los cuida sin temor,

los abriga con amor y los guía a caminar,

les enseña a buscar su propio alimento sin parar.

Los pollitos, risueños y llenos de vitalidad

corren y saltan con gran felicidad.

Exploran cada rincón con su pico

y disfrutan de cada pequeño descubrimiento.

Con su inocencia y vivacidad,

nos enseñan a valorar la simplicidad.

En su andar tambaleante,

nos recuerdan lo importante que es perseverar constante.

Pequeñas criaturas que nos traen alegría,

con su dulzura y su energía.

Los pollitos, seres llenos de amor,

nos enseñan a vivir con valor.

Así que cuidemos de estos pequeños seres,

respetemos su vida y sus placeres.

Los pollitos, símbolo de vida y renacimiento,

nos enseñan a apreciar cada momento.

Los pollitos

En un campo verde y soleado,donde el viento susurraba,había unos pollitos, tan graciosos,que a todos encantaban.

Con sus plumas como algodón,y sus ojitos tan brillantes,corrían y jugaban sin cesar,siempre llenos de instantes.

Cuando amanecía en el gallinero,con su pío-pío llamaban,a mamá gallina, la ternura,que velozmente acudía.

Un tierno despliegue de amor,brotaba en cada encuentro,los pollitos saltaban de alegría,y se perdían en el cuento.

Exploraban todo a su alrededor,el mundo por conquistar,entre risas y travesuras,de su inocencia aprender a disfrutar.

Jugaban a las escondidas,ocultos bajos las alas de mamá,mientras el sol iluminaba,sus pequeñas vidas de felicidad.

Y así, día tras día,los pollitos crecían,fortaleciendo su bondad,y unidos en armonía.

El tiempo pasó volando,y aquellos pollitos risueños,ya eran gallinas y gallos,con plumajes llenos de sueños.

Aventureros y valientes,emprendieron su vuelo,construyendo sus propios nidos,de amor y desvelo.

Y en ese campo verde y soleado,donde el viento aún susurra,los pollitos volvieron a ser padres,llenando el lugar con su dulce herencia más pura.

Por siempre vivirán en nuestra memoria,su magia y su canto de alegría,los entrañables pollitos, símbolo de vida,y de la eterna primavera, su valiosa compañía.

Los pollitos encantadores

En un rincón del campo,donde la vida se renueva,nacen unos seres diminutos,que alegran cada nueva vue1ta de tierra.
Con sus plumas suaves y doradas,como el sol en su máximo esplendor,los pollitos llegan al mundo,llenándolo de amor y dulzor.

Desde el primer instante,muestran su ternura sin par,son como pequeños rayos de luz,dispuestos a hacernos suspirar.
Con su paso torpe y gracioso,trazan su camino con despertar,descubriendo un mundo inmenso,que juntos quieren explorar.

En su anhelo por volar,se agrupan bajo las alas de mamá,sintiendo el calor y protección,en cada latido de su aveolar corazón.
Ellos aprenden a sentir,a amar con toda su alma,con su inocencia infinita,nos enseñan lo que el amor calma.

Los pollitos, con su andar curioso,descubren el compás del aire,se aventuran a explorar,desafiando toda barrera.
En su plumaje tierno y variado,cada uno muestra su singularidad,como si fueran estrellas brillantes,iluminando la inmensidad.

Así son los pollitos,siempre llenos de esplendor,con su vitalidad y encanto,nos roban el corazón.
En cada chirrido y piar,nos regalan su melodía,y en un coro de alegría,hacen nuestra vida relucir.

¡Oh, pollitos hermosos!Vuestra presencia es un regalo,desbordáis nuestro ser,con vuestro amor enraizado.
Ama a los pollitos con ternura,siente su delicadeza en tu piel,y deja que te envuelvan,con su pura esencia de querer.