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El amor que nunca muere
En un rincón oculto del universo,
donde los sueños nacen y se eternizan,
se encuentra un amor que nunca muere,
un lazo eterno que nos une sin medida.
Como un suspiro enredado entre estrellas,
nuestro amor se expande por todo el firmamento.
El escenario se ilumina con nuestra pasión,
y el teatro se convierte en nuestro testamento.
Los actores danzan con elegancia y fervor,
expresando con gestos cada emoción escondida.
La música fluye, acompaña cada palabra,
y nuestras almas se despiden de sus vidas.
Los versos resuenan, llenos de melancolía,
los corazones laten al compás de la poesía.
La audiencia se sumerge en un océano de sentimientos,
y el amor se adueña de cada escena, en cada día.
En cada representación, el tiempo se detiene,
y el espectador se convierte en protagonista.
A través de las tablas y las luces brillantes,
nuestro amor se expresa, sin reglas ni conquistas.
Entonces, al final de cada función,
cuando el telón desciende y las luces se apagan,
quedan los recuerdos de un amor inmortal,
que en cada corazón su melodía no se apaga.
Un sueño etéreo
En lo profundo del oscuro escenario,donde los sueños danzan con delicadeza,se alza un poema, tierno y cautivador,que en mágicas palabras, la vida empieza.
Las luces se atesoran en el horizonte,como estrellas que adornan el firmamento,y los actores, como mariposas, vuelan alto,llevando a cuestas el más dulce sentimiento.
El telón se levanta con suave elegancia,y el eco de los versos, suena con ternura,mientras los corazones laten en consonancia,enfocados en cada línea y cada altura.
Los personajes, cual hilos, se entrelazan,tejiendo un tapiz de emociones encantadas,y el público, conmocionado, los mira,sintiendo en su piel la historia relatada.
La música fluídamente envuelve el aire,acompañando al poema con su suave compás,y el escenario brilla como un sol al amanecer,iluminando las almas en un sentimental ajedrez.
Así, con cada palabra y cada movimiento,los actores transmiten pasión y verdad,el teatro se convierte en un templo de sentimientos,donde el amor y la esperanza jamás se irán.
Al final, con el último aplauso resonando,los actores se postran, sonrientes y felices,sabedores de que su arte, al público han dejado,y en sus corazones, por siempre, perduran, preciosos vestigios.
Un atardecer en el corazón
En el ocaso del día, el sol se despide,
pintando el horizonte con tonos ardientes.
Las sombras se alargan, el viento suspira,
y en el escenario de los sueños presentes.
En este teatro de luces y sombras,
donde la vida y el arte se abrazan,
un poema cobra vida y se desdobla,
en el trémulo espacio donde el alma desgrana.
Las voces se elevan, los cuerpos se mueven,
en cada verso se esconde una pasión,
una historia que se teje y se desenvuelve,
en el más profundo rincón de la emoción.
Las palabras bailan, los gestos hablan,
las miradas traspasan la piel y el tiempo.
El teatro es un viaje, un sueño que se encarna,
donde la historia se libera de todo tormento.
Y así, en esta escena de luces y sueños,
un poema se hace carne en cada actor,
se despliega en risas y llantos, en empeños,
y llena de magia el corazón del espectador.
Aquí, en este teatro donde todo puede ser,
donde el arte y la vida se funden en uno,
se permite soñar, amar y renacer,
donde el alma se desnuda sin ningún tabú.
En el ocaso del día, el sol se despide,
pero el teatro perdura, eterno escenario.
Un poema en cada obra se divide,
y el corazón, como espectador, se hace necesario.
Un encuentro mágico
En un rincón del vasto universo,donde la noche se viste de estrellas,se escucha un susurro, un verso,que envuelve la escena en mil centellas.
El telón se alza ante el misterio,las luces se encienden con suavidad,y entre las sombras surge un hechizo,que atrapa los corazones en su verdad.
Escenarios pintados con ensueños,y melodías que acarician el aire,el teatro se convierte en un sueño,donde el alma se libera sin reparo ni repare.
Los actores se transforman en magos,cobrando vida personajes de antaño,y con sus palabras y gestos vagos,envuelven al público en un mundo extraño.
Las risas y las lágrimas se fusionan,cuando las historias se van tejiendo,y en cada palabra una emoción se cuna,las almas con los personajes encendiendo.
Los sueños y los deseos se entrelazan,en una danza de poesía y expresión,mientras el público se eleva y se enlaza,con cada sentimiento y cada ilusión.
En el teatro, la magia es eterna,un encuentro único y sin igual,donde el arte se convierte en luz nocturna,y el corazón late al ritmo universal.
El susurro del amor
En un pálido atardecer, en escena sobria de pasión,
donde los corazones latían con vibrante emoción,
la historia de dos almas, entre luces y sombras, se tejía,
en el escenario del teatro, su amor se desataba.
La dulce melodía del viento soplaba suavemente,
y susurros de amor se alzaban de forma ferviente,
los actores en escena no eran más que marionetas,
pues el verdadero protagonista era el amor, sin tregua.
Romeo y Julieta, o acaso era Tristán e Isolda,
dos amantes eternos cuyos corazones desbordan,
entrelazaban sus almas en cada gesto y mirada,
en cada verso entonado, en cada palabra declamada.
Los escenarios cambiaban, mas su amor no se desvanecía,
en una Italia renacentista o en una España añorada,
los actores lo vivían, lo sentían y se entregaban,
y el público, conmovido, en sus butacas se emocionaba.
Las luces bajan y las cortinas se cierran al final,
pero el recuerdo de aquel amor queda en cada rincón
donde el teatro, como testigo mudo de su pasión,
guarda la esencia del amor en su eterna inmortalidad.
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Así que tuvieron que improvisar
Érase una vez
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Eso estaba destinado a ser realizado
Pero a los actores nunca se les dieron sus líneas.
Solo las direcciones escénicas
Así que tuvieron que improvisar.
E inventar la historia a medida que avanzaban
La audiencia nunca supo
que iba a pasar despues
Y esa era la belleza de eso
La obra nunca fue la misma
Dos veces
Y por eso fue tan especial
Y tan amado por todos los que lo vieron
Ricardo Blanco
Y eso es lo único que es seguro
Érase una vez
hubo una obra de teatro
que todos amaban
Pero nadie sabía el significado de
La obra era sobre la vida.
Y como puede ser tan injusto
Pero al final, todos morimos.
Y eso es lo único que es seguro
Así que disfruta del juego
Mientras puedas
porque al final
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Yaray Soto
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