Generador de poemas sobre ego
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Ego, el espejo del alma
En lo profundo del ser, se esconde un tesoro,un espejo brillante, el gran ego, señoroso.Reflejo de nuestro ser, de nuestro ser interior,el ego es un faro que guía nuestro andar sin temor.
Elevado en su trono, el ego se alza imponente,con orgullo y soberbia, siempre presente.Nos susurra al oído, lisonjero y seductor,nos envuelve en su abrazo, nos da un falso honor.
Pero cuidado, amigo, no te dejes engañar,el ego es astuto, puede cegarte sin dudar.Nos hace creer que somos únicos en el mundo,nos envuelve en una burbuja de egolatría profunda.
En sus garras, nuestro ser se vuelve vanidoso,cegado por su brillo, perdemos el rumbo sin reposo.El ego nos separa, nos aísla de los demás,nos impide ver la belleza en todos los demás seres mortales.
Debemos encontrar el equilibrio, el justo medio,no rechazar el ego, pero no dejarnos seducir sin remedio.Reconocer nuestras virtudes, sin hacerlas desmedidas,apreciarlas con humildad, sin caer en la egolatría infundida.
El ego, como el fuego, puede ser destructor,puede arrasar con todo, sin dejar nada con valor.Pero, si aprendemos a controlarlo con amor,podemos utilizar su fuerza para nuestro propio favor.
Así que no te enceguezcas, no te dejes arrastrar,aprecia tus cualidades, pero sin en exceso alardear.El ego, como el viento, es necesario para volar,pero aprendamos a canalizarlo, para no perder nuestra verdad.
Ego, la sombra que nos guía
En un rincón del alma, el ego reside,
un poderoso tirano, en busca de gloria,
que ante el espejo se ilusiona y decide,
ser el motor que impulsa nuestra historia.
Oh ego, despiadado y vano señor,
que nos susurras promesas a nuestro oído,
nos incitas a buscar siempre el honor,
y así vivir en un mundo distorsionado.
Te engalanas con egocentrismo y orgullo,
te adornas con grandezas y ambición,
nos conviertes en esclavos de un capricho,
donde egoísmo y envidia dan lección.
Pero quizás, noble ego, tú olvidaste,
que la verdadera grandeza no reside,
en el afán de brillar y ser adorado,
sino en la humildad que en el alma aflora.
Porque al final, ego querido,
la verdadera belleza se oculta,
en el anonimato sincero y compartido,
donde el amor y la empatía se disculpa.
Así que, ego mío, toma asiento,
deja tus ambiciones y desvanécete,
permite al yo verdadero renacer,
donde la humildad y la luz se entrelazan.
Y así, ego querido, podremos aprender,
que en la inmensidad de nuestro ser,
no hay sitio para ti, arrogante señor,
solo amor y verdadera grandeza en el corazón.
Ego
El ego, ese fiel compañero,
Que en ocasiones es nuestro letal guerrero.
Nos impulsa a creer que somos el centro,
Del universo, del mundo entero.
Nos susurra al oído, llena de vanidad,
Que los demás solo son simple sociedad.
Nos enseña a mirarnos con superioridad,
A pisotear a otros en nuestra trayectoria.
Pero el ego ciego nos puede engañar,
Y en la soledad, nuestra alma devorar.
Nos vuelve frágiles, vacíos y sin piedad,
Hasta que no queda más que la vanidad.
Oh ego, gran enemigo y también aliado,
Es hora de soltar tu falso reinado.
Dejar de lado el orgullo desmedido,
Para vivir en amor y en unión tejido.
En tus sombras, ego, hay una luz que anhela brillar,
Una gran verdad que nos puede liberar.
Aprender a amarnos sin necesidad de aplausos,
Es el camino para salir de este caos.
Reconocer nuestras virtudes y limitaciones,
Y renunciar a esas falsas emociones.
Es en la humildad donde encontraremos paz,
Y desde ahí, seremos luz en medio de la tempestad.
El Ego
Oh, ego, tan poderoso e intrincado,En las profundidades de cada ser anidado.Eres la voz que susurra al oído,Inflándonos de orgullo y narcisismo desmedido.
Seduciendo con palabras llenas de vanidad,Cegándonos ante la realidad sin piedad.Promoviéndonos como centros del universo,Suspendiendo la humildad en un inquietante trance perverso.
En el espejo nos deleitamos, contemplándonos con deseo,Embelesados con nuestra propia imagen y trofeo.Sin embargo, oh ego engañoso y embustero,Nos alejas de los demás, nos aíslas en un terreno austero.
Nos conviertes en prisioneros de nuestra propia máscara,Despreciando la humanidad con sarcasmo y desparpajo.Ignorando el amor que nos rodea,Y sumergiéndonos en un océano de tristeza y pelea.
Pero debemos recordar que somos más que nuestro ego,Somos seres llenos de luz y amor que deseo.Dejar atrás las cadenas del egoísmo y la egolatría,Y abrir nuestros corazones hacia el camino de la armonía.
El ego, esta voz interna tan complicada,Es solo una parte de nosotros, no toda nuestra alma atrapada.Entender su función y dominar su exceso,Nos llevará a la esencia de nuestra verdadera grandeza y éxito.
Así que, reconozcamos al ego como un invitado en nuestro ser,Permítele su lugar, pero sin dejarlo crecer.Y en su lugar, dejemos que el amor y la empatía florezcan,Conectando con otros y con el mundo, aprendiendo lo que en verdad enriquezca.
Ego
En lo más profundo de nuestra esencia,el ego se alza con gran presencia.Un compañero de nuestra existencia,que en ocasiones busca supremacía.
El ego, orgulloso y vanidoso,nos susurra ideas con gran gozo.Nos hace creer ser superiores,ignorando nuestros verdaderos valores.
Es un espejo que solo nos muestra,una imagen distorsionada y incierta.Nos hace creer que somos perfectos,pero en realidad, solo nos hace torpes.
A veces el ego nos lleva a pelear,con aquel que no piensa igual,nos empuja a buscar la victoria,sin importar herir a nuestra propia historia.
El ego, ese lobo disfrazado,que busca siempre ser admirado.Nos impide ver con claridad,nuestra verdadera realidad.
Pero no dejemos que el ego nos controle,que nos separe de los demás, nos aísole.Busquemos la humildad en cada paso,y así encontraremos la paz en nuestro ocaso.
Porque el verdadero crecimiento,no se encuentra en el ego, ni en el resentimiento.Sino en el amor y la aceptación,en el respeto y la comprensión.
Así, dejemos nuestro ego atrás,y abracemos la grandeza de la humildad.Solo así seremos libres y felices,encontrando en cada momento, la plenitud y la paz.
Ego Desnudo
En el rincón más oscuro y escondido de mi ser,
habita un seroso ego, que ansía renacer.
Envuelto en capas de vanidad y orgullo,
se alimenta de aplausos y elogios del mundo.
Egoísta y ambicioso,
ama destacar sobre los demás,
creyendo ser superior, sin flaquezas ni miedo jamás.
Engañado por la ilusión de grandeza sin fin,
el ego gobierna mi mente, sin permitirme ser un ser genuino,.
Pero, oh ego, qué cegado estás
por tus propios espejismos,
olvidando que el apego a tu imagen es solo un abismo.
Atrapado en este ciclo desenfrenado de querer más,
mi verdadero ser se desvanece, en oscuridad se deshaz.
Despierta, ego, de esta ilusión
que te consume y te aleja de la verdadera razón.
Deja que el amor, la humildad y la gratitud,
sean los motores que guíen mi actitud.
Es hora de soltar el ego y volar
libre de ataduras, sin miedo a fracasar,
consciente de que la grandeza verdadera,
radica en amar y ayudar a toda criatura.
En este camino de auto-transformación,
renuncio al control y la imposición.
Acepto mis debilidades y error,
para así crecer y despertar mi verdadero ser interior.
De ahora en adelante, pongo al ego en su sitio,
y abrazo la simpleza y la verdad infinita.
En cada latido de mi corazón, la esencia brotará,
y desde mi verdadero ser, la luz irradiará.
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Es ponerse primero, sin importar lo que otros necesitan
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Que nos hace perder la perspectiva
Y nos alejamos de los que amamos
Nos hace ver el mundo de forma distorsionada
Y nos impide disfrutar de la vida
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Y podemos elegir dejarlo a un lado
Podemos abrir nuestros ojos y corazones
Y ver las necesidades de los demás
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En lugar de egoísmo.
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Eres una persona egoísta,
cuyo único objetivo es el propio bienestar.
No te importa nadie más,
sólo quieres lo que quieres.
Eres una persona insensible,
que no tiene corazon.
No te importa el dolor de los demás,
solo quieres lo que es bueno para ti.
Eres un egoísta,
y eso es todo lo que eres.
César Hernandez
